El estadounidense Michael Young, premio Nobel de Medicina 2017 por sus investigaciones sobre el funcionamiento del ritmo circadiano o 'reloj biológico', ha dicho en Madrid que "existen evidencias", según los últimos estudios de laboratorio, de que "dormir poco acorta la vida". "Tenemos millones de relojes biológicos en nuestro cuerpo. Casi todas las células tienen pequeños relojes compuestos de genes y proteínas que dirigen nuestro comportamiento, el metabolismo y muchos otros procesos de nuestra fisiología. Estamos programados para tener estos ciclos", que se perciben más en viajes largos, con el llamado 'jet lag', explicó.

"No es posible cambiar estos ciclos horarios sin percibir alguna consecuencia", asegura tras recibir esta semana en Madrid el premio de la Fundación Fernández-Cruz. Las moscas de la fruta sirvieron de "organismo modelo" para que este biólogo y sus compatriotas Jeffrey Hall y Michael Rosbash -con los que comparte el Nobel- pudieran entender cómo opera el reloj biológico.Mediante mutaciones genéticas, actuaron sobre los ciclos de sueño de la mosca, provocándoles "horarios locos. Algunas no tenían ningún horario, otras tenían ciclos muy cortos con días que pasaban muy rápido, y otras al revés, días que duraban demasiado", explica. "Sabemos que dormir menos acorta la vida, pero queremos saber qué es lo que se está descarrilando" durante ese proceso, concluye Young que recomienda dormir "siete horas" como norma general, siempre según la edad y la genética de cada individuo.