Supongo que parte de esa crítica que se rinde ante los productos made in Alfonso Sánchez y Alberto López perorará sobre cómo su segunda película podría ser la importación de humoradas salidas del "Saturday Night Live" tipo "Movida en el Roxbury" con mucho de "Pineapple Express" (el thriller de la factoría Apatow que, como ésta, podría titularse "¡Jo, qué día!"). Son tendencia las comparaciones absurdas, así que no les extrañe ver alguna de ellas estos días. Yo iba a quedarme al final de los créditos a ver si figuraba Álvaro Sáenz de Heredia como director, pero empezó un videoclip con la canción de la película, una rumbita en plan gracioso, pero, vaya, me marché apresuradamente. Antes de que saltara la musiquita, Alfonso o Alberto pronuncia la última palabra del filme: "¡Ofú!". Y ahí sí que me sentí identificado, por fin. Habían sido casi 100 minutos de la menos recomendable de las astracanadas, la que no llega ni de lejos al límite de lo absurdo ni de la decencia, con una puesta en escena acartonada y sin desparpajo y con ese humor que no va más allá de tres o cuatro frasecitas repetidas ("Eso es así, compadre" y no sé qué del "enterismo" ad nauseam).