Es imposible ser indiferente a la imagen de decenas de gusanos alimentándose de carne muerta pero, una vez asimilada -que no superada- esa aversión, la técnica de desbridamiento larval ofrece una alternativa a pacientes con heridas de difícil cicatrización, según señalaron este viernes en Vigo expertos que comercializan o trabajan directamente con estos gusanos que proceden de la mosca verde común. La técnica, en desuso a partir de los años cuarenta por la aparición de los antibióticos, resurgió hace una década porque solo la cirugía es más rápida que las larvas a la hora de limpiar las heridas y éstas son mucho más precisas que el bisturí ya que no tocan los tejidos sanos. Se emplea sobre todo en pacientes con úlceras o quemaduras.

El presidente de la Sociedad Gallega de Heridas, Juan Antonio Jiménez González, es uno de los que confiesa estar fascinado con el proceso. "Las larvas se comen literalmente las bacterias y el tejido muerto, cambian el pH de la herida y dejan que los factores de crecimiento funcionen, todo ello unido a que además para protegerse generan una especie de antibiótico natural y también facilitan que la herida esté en un entorno húmedo lo que facilita su cicatrización", explica.

Como enfermero especializado en úlceras y heridas crónicas, Jiménez afirma que pronto se materializará la introducción de la técnica con larvas de forma generalizada en España, ya que se están llevando a cabo los últimos trámites para registrarlo.

Mientras tanto, la técnica sí está autorizada como medicación extranjera y se importa desde Reino Unido y Alemania, donde hay laboratorios en los que las larvas se someten a un exhaustivo proceso de esterilización antes de ser "embolsadas" y entubadas. Tras el pedido, las larvas se envían al hospital en un plazo de doce horas en bolsas listas para ser usadas sobre la herida y que impiden que las larvas se escapen por lo que la realidad actual de esta técnica dista mucho de las impactantes imágenes de gusanos que campan a sus anchas en heridas abiertas que es como se realizó durante décadas.

Ahora se comercializan en paquetes de distintos tamaños que van desde 50 a 300 unidades (y que cuestan de 199 a 359 euros) en el caso de la distribuidora que tiene la patente de este formato, Biomonde, cuya representante comercial en España, Magda Esteve, ofreció varios talleres prácticos el pasado viernes en el hospital Álvaro Cunqueiro dentro de la programación de la jornada organizada por la Sociedad Gallega de Heridas en la que participaron 350 profesionales.

Hospitales de Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana y Madrid ya utilizan esta técnica que todavía no ha llegado a Galicia aunque muchos de los asistentes al taller de Esteve -en su mayoría del sector de la Enfermería- acudieron con libretas para tomar notas y muchas preguntas.

"No es una terapia alternativa, es un medicamento y tiene el reconomiento como tal", dijo Esteve, que explicó que las enzimas que producen las larvas son resistentes a los inhibidores de las proteasas "y por eso siempre funcionan en las heridas". Los gusanos son las larvas de la mosca verde (Lucilia sericata) y el proceso, recordó la comercial, "es antiguo como la humanidad". No en vano son los animales que contribuyen a la descomposición de los animales muertos y, por lo tanto, también de las personas. Eso sí, son selectivas y solo se alimentan de tejido muerto, paran de hacerlo cuando llegan al sano.

El método impresiona a pesar de las larvas estan herméticamente cerradas pero algunas de las participantes en el taller se animaron a dejar unos segundos las bolsas sobre la piel. "Da cosquilleo", señala una de ellas. A pesar de ser mínusculos (cuando comienzan a comer aumentan consideramente su tamaño), los gusanos se mueven con cierta agilidad dentro del recipiente en busca de alimento y sobre una herida comen continuamente durante cuatro días. Pasado ese tiempo se desechan como residuo biológico y se secan en poco tiempo. Según explicó Madga Esteve, el tiempo medio de limpieza de una herida es de 8,5 días con una efectividad del 96,9 por ciento y se puede emplear en heridas secas, heridas que exudan mucho y también infectadas.