Siempre quiso viajar y tras vivir en Río de Janeiro, Londres y, desde hace un año, en Luxemburgo tiene claro que todavía le queda por delante una larga travesía en busca de nuevas experiencias. "Todas te aportan en lo personal y lo profesional. Me quedan muchísimos pasos por dar", asegura José Manuel Otero (Vigo, 1989), que ha trabajado en instituciones públicas y privadas de varios países y actualmente forma parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI), con sede en la capital del Gran Ducado, uno de los principales centros financieros del Viejo Continente a pesar de su pequeño tamaño.

Estudió Económicas en el campus vigués y Derecho en la Carlos III, cuyo último curso ya realizó en Río. Y aprovechó su estancia en la ciudad carioca para conocer Sudamérica como "mochilero" e incluso asistió como voluntario a la final del Mundial de Fútbol en Maracaná. A finales de 2014 regresó a Galicia y encadenó experiencias en el área de Derecho Mercantil de la universidad olívica y la dirección xeral de Relacións Exteriores de la Xunta antes de volver a la capital para trabajar en el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

En 2015 inició un máster en Economía y Gestión Pública en The London School of Economics, la prestigiosa y selectiva institución británica -su porcentaje de admisión es inferior al 10%-. "Nos daban clase los expertos cuyos trabajos llevaba leyendo toda la vida y los alumnos teníamos 46 nacionalidades diferentes. Para obtener el título tienes que hacer un trabajo en grupo para un cliente real y nosotros presentamos ante los expertos del Banco de Inglaterra un estudio sobre los efectos del blockchain en la estabilidad financiera. Fue una experiencia increíble. La educación en Reino Unido te enseña a pensar y está mucho más ligada al mundo real, además no le dan tanta importancia a las notas como en España", destaca.

Aprovechó las vacaciones entre los dos cursos del máster para trabajar en Madrid en la consultora AFI y el siguiente verano logró superar otro estricto proceso selectivo para entrar en el BEI, el organismo financiero de la UE que este año celebra su 60º aniversario. "Estoy aprendiendo muchísimo. Su misión es invertir en proyectos que tengan un efecto multiplicador y generen valor añadido en la economía. El objetivo siempre es crear riqueza y mejorar el bienestar de los ciudadanos", subraya.

José Manuel, que forma parte del área de desarrollo de instrumentos financieros a través de los fondos comunitarios que recibe el Banco, señala que la selección de los proyectos se realiza de forma muy rigurosa para garantizar la máxima seguridad económica, así como su relación con las políticas transversales claves de la UE sobre cohesión, cambio climático o infraestructuras.

"El problema del BEI y de la Unión Europea en general es que no se ve todo lo que hacen por los países. Durante la crisis, el Banco fue clave para mantener el tejido productivo de muchos Estados miembros. Ha invertido en más de 250.000 pymes, financia a los países que reciben refugiados e incluso préstamos como el que yo tuve que pedir para estudiar en Londres y que tanto esfuerzo cuestan a las familias", reconoce.

España, añade, es uno de los principales beneficiarios del BEI, cuyas inversiones suponen el 1% de nuestro PIB, y la ampliación del metro de Madrid o la Y vasca son algunos ejemplos de esa apuesta.

Uno de los retos inmediatos de la institución pasa por mantener sus parámetros de calidad tras el Brexit. "Perderemos el 16% del capital y eso tendrá efectos. La parte buena es que el resto de países se han unido para frenar sus consecuencias", apunta este europeísta convencido.

"En el BEI hay gente muy dinámica e implicada que quiere tener un impacto en la sociedad. Yo creo muchísimo en el proyecto europeo y me gusta aportar con mi trabajo", sostiene.

Más de la mitad de la población luxemburguesa es extranjera y en la capital el porcentaje asciende al 80%, una gran parte de ellos de origen portugués. El BEI, que suma alrededor de 4.000 empleados, es un ejemplo más de esta diversidad: "Existe el concepto de que es un país aburrido pero la ciudad es multicultural, como Londres. Ante del verano, seguramente organicemos nuestra segunda comida de gallegos".