Las ceremonias de clausura siempre se abordan con nervios pero la de ayer en la Escuela de Magisterio tuvo además un ingrediente adicional que fue la emoción de los alumnos participantes y la de las familias que asistieron al cierre del primer curso de Alida que se espera que sea el inicio de muchos a lo largo de los próximos años.

Por primera vez, trece alumnos con síndrome de Down y discapacidad intelectual compartieron espacios con estudiantes universitarios en un proyecto de formación inclusiva a todos los niveles. "La particularidad, lo positivo y el valor del curso es que los chicos no solo asisten a la Escuela de Magisterio, al CEU, que es integración porque comparten espacios sino que además también comparten actividades y aulas con personas sin discapacidad y eso ya es inclusión pura y dura", señaló Miguel Estévez, de Down Vigo. "Y las familias lloran de emoción, que para mí es el mejor resumen de lo que ha sido este primer curso", añadió.

No se trata de un curso reglado pero uno de los objetivos de Down Vigo es que se consolide y pueda ofrecer a los alumnos un título oficial. Para participar, el requisito que se exige es tener una buena comprensión lectora y un buen nivel de autonomía, explica Estévez.

Tras cuatro meses de preparación en la asociación y cinco de curso con asignaturas como Tecnología de la empresa, Lógica y contabilidad, Planificación y organización o Resolución de conflictos y habilidades emocionales, impartidas por profesores voluntarios de la Escuela de Magisterio, los 13 alumnos volverán a clase en septiembre para el segundo curso del curso que les preparará para ser administrativos, ya con materias más específicas y con prácticas en CEU -y se espera que también en otros centros de la Universidad de Vigo-. Al finalizar, el paso definitivo, "las prácticas en empresas" que supondrán una oportunidad única para poder acceder al mundo laboral para estos jóvenes, entre 20 y 35 años.

"Hemos aprendido todos, ellos y también nosotros. Hay dificultades, no lo vamos a negar, pero lo importante es que la motivación está por encima de todo y estoy encantada de ver el entusiasmo de los alumnos de Alida y también de los de magisterio y los profesores. Hoy en día es difícil que nos entusiasmemos con las cosas y esto tiene una fuerza motivadora tremenda para todos nosotros. Desde luego recibimos mucho más de lo que damos", aseveró la directora de la Escuela, María Jesús Ayuso.