La palabra "radiación" suele causarnos alarma y temor, porque normalmente la asociamos a la radiactividad, a Chernóbil o a Fukushima... olvidando que el sol, ese descomunal reactor de fusión nuclear que pende sobre nuestras cabezas, es también una peligrosa fuente de radiación, además de posibilitar la vida en el planeta. Hoy es el Día Mundial del Cáncer de Piel, una dolencia que en el 80% de los casos se podría evitar si se utilizara una adecuada protección solar.

En cien ciudades españolas es posible someterse hasta el viernes a una "ITV" de lunares de forma gratuita, tanto en consultas hospitalarias como a nivel privado, gracias a la campaña europea Euromelanoma, en la que el año pasado participaron 260 profesionales en España. Estos son algunos de los mitos que rodean nuestros hábitos respecto al sol, que por fin asoma estos días.

| Las nubes no evitan las quemaduras. Lo sabemos bien en Galicia. Como recordaba en una reciente campaña el Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, el 90% de la radiación procedente del sol consigue atravesar las nubes. Sin embargo, la sensación de que el sol no calienta tanto puede llevar a no tomar precauciones.

| Los mayores no están a salvo. Está muy establecida la conciencia de la necesidad de proteger a los niños del sol, pero no tanto respecto a los mayores, y eso que, como recuerda el dermatólogo Miguel Sánchez Viera, el perfil del paciente con cáncer de piel con alto riesgo corresponde a un mayor. Suele tener la piel clara, ha recibido una sobreexposición solar, tiene manchas y no se ha vigilado la piel.

| No es bueno empezar el verano con sesiones de rayos UVA. La luz ultravioleta artificial supone una intensidad de radiación mucho mayor a la que emite la solar. Las cabinas de rayos UVA no "preparan" la piel para el verano. Usarlas antes de los 18 años produce un aumento del 75% en las probabilidades de padecer melanoma con respecto a quien no las ha utilizado, como recuerda el dermatólogo José Luis Martínez-Amo, uno de los coordinadores de la campaña europea Euromelanoma.

| La piel oscura no permite confiarse. Un estudio de la Universidad de Cincinnati aseguraba en 2006 que las personas de piel oscura pueden sufrir el cáncer de piel de forma más grave, ya que se detecta en fases más avanzadas y se presenta de forma más agresiva.

| El sol ni olvida ni perdona. La piel tiene memoria no olvida las agresiones, que se van acumulando. "Uno de cada cuatro españoles tendrá un cáncer de piel -recuerda el dermatólogo José Luis Martínez-Amo-, y ahora los cánceres de piel se produjeron por el sol que dio en la década de los 90".