La psicóloga María Blanco Suárez asegura que la baja autoestima es uno de los factores que contribuyen a la aparición de los trastornos alimentarios, pero no el único. Esta naturaleza multifactorial hace que los TCA requieran de un abordaje multidisciplinar, pero también de la empatía del profesional.

- ¿Cómo hay que abordar estos trastornos desde la clínica?

-Los trastornos de la conducta alimentaria son de origen multifactorial, por lo tanto, es necesaria la aplicación de diferentes disciplinas para abarcar todos los aspectos de esta problemática. Es fundamental una atención integral en la que intervengan profesionales de la psicología, de la nutrición y de la psiquiatría.

- ¿Son trastornos difíciles de manejar? ¿Hay resistencia?

-Como cualquier otro tipo de trastorno mental, el profesional debe demostrar al paciente su interés por ayudarle y no juzgar su conducta; deber transmitirle que necesita tratamiento para lograr sentirse bien. La resistencia generalmente se produce cuando no se establece una buena alianza con la persona afectada y, por tanto, no confía en la intervención que la profesional propone. Hasta hace poco había poca concienciación por parte del profesional ante este tipo de problemas.

- ¿Cómo prevenirlos?

-Existen diferentes posturas en relación a la prevención en los trastornos de comportamiento alimentario. Una de ellas, es la partidaria de realizar programas de prevención primaria dirigidos a adolescentes. Mientras otra considera que podría resultar contraproducente, pues los fenómenos de emulación son muy habituales en la adolescencia. Existe el riesgo de proporcionar información sin modificar actitudes.

-¿Y desde la familia?

-Desde la familia se puede prevenir promoviendo una alimentación saludable, realizando comidas en familia; favoreciendo la comunicación, generando conversaciones acerca de las emociones y estrategias de afrontamiento; proporcionando apoyo y atención en las épocas de transición de los hijos, y aceptando a los hijos tal como son.