Galicia registró un mes de mayo muy seco, en el que se recogieron la mitad de las precipitaciones habituales con respecto a la media histórica entre 1981 y 2010 y en el que hubo una gran variabilidad entre períodos cálidos y secos y otros más fríos y húmedos. Según indicó la Xunta , esta situación fue generalizada en toda la comunidad, pero los valores más bajos de lluvia acumulada se registraron en el sur de la provincia de A Coruña y en toda la de Pontevedra.

La única excepción en ese ámbito fue la montaña lucense, donde la frecuencia de fenómenos tormentosos a lo largo del mes hizo que la lluvia acumulada en la zona superase la media habitual.

En cuanto a las temperaturas, el mes pasado registró valores normales para esta época del año.