Las enfermedades cerebro-cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo y entre estas destaca el ictus, que es, además, la principal causa de discapacidad grave en la edad adulta. Julio Agredano, que sufrió un doble ictus en 2011, con 39 años, relató su experiencia en la jornada "Humanización de la atención sanitaria: la importancia de la prevención cerebro-cardiovascular en el envejecimiento activo y saludable", organizada en Santiago por la Alianza BMS-Pfizer, en coloboración con el Imserso y con el aval de varias asociaciones, entre estas Freno al Ictus, que preside Agredo. "Todos vamos a llegar a mayores; en nuestra mano está llegar en unas condiciones o en otras", afirma.

-¿Conocemos lo suficiente sobre el ictus?

-Todo lo contrario. Hay mucho desconocimiento sobre datos muy básicos, como que es la primera causa de muerte en las mujeres -causa cinco veces más muertes que el cáncer de mama- y la segunda en los hombres; que una de cada seis personas tendrá un ictus a lo largo de su vida; que representa la primera causa mundial de discapacidad y que es la segunda causa de demencia mundial después del alzhéimer. Hay una frase que dice: "Hay que morir joven lo más tarde posible". La Sociedad Europea de Ictus publicó la semana pasada un estudio que advierte de que va a haber un incremento del 45% de casos en dos décadas. ¡Una barbaridad! En España, en 2050 vamos a duplicar el número de personas mayores de 65 años. Esto quiere decir que a mayores vamos a llegar todos, pero depende de nosotros ser una persona activa, saludable y que aún tiene mucho que aportar a la sociedad o un consumidor de recursos, que es lo que puede ser una persona mayor con una enfermedad.

- Usted tuvo un doble ictus hace seis años. ¿Qué sabía entonces sobre la enfermedad?

-Nadie piensa que es una enfermedad que afecta a adultos jóvenes, pero me afectó. Luego te pones a investigar y ves que hay una serie de factores de riego. En mi caso: 103 kilos de peso, el colesterol alto, una vida sedentaria, hipertensión y estrés laboral. Digamos que el ictus es un tema de papeletas y yo tenía muchas. Por eso desde Freno Ictus trabajamos para concienciar a la población de que la promoción de la salud es importante para llegar a una edad avanzada de la mejor forma posible. Cuanta menos información se tiene, menos herramientas preventivas hay porque consideras que es una enfermedad que no te va a pasar a ti. ¿Y qué sucede? Que no das importancia o desconoces los síntomas.

- Su caso es casi excepcional, porque a pesar de haber sufrido un doble ictus y de no haber sido atendido dentro de las primeras horas, sus secuelas son mínimas.

-No soy una excepción porque, por desgracia, cada vez afecta a más gente joven por nuestro estilo de vida. No hay que olvidar que el 90% de los ictus son evitables. Pero sí lo soy en cuanto al nivel de recuperación haciéndolo todo mal, porque yo me fui a la cama y al levantarme al día siguiente es cuando se me cayó, literalmente, media cara porque había perdido el tono muscular, y no era capaz de andar ni de hablar correctamente. Y esto es lo habitual, que la persona se vaya a la cama y que no despierte o que si lo hace, ya sea tarde para recibir el tratamiento y el nivel de secuelas sea muy alto. Pero yo estuve durante un año en recuperación, cuatro horas al día. La evolución depende de muchas cosas: de tu edad, de tu actitud, del entorno, pero también de tu capacidad adquisitiva. Los recursos públicos que hay son insuficientes, por lo que tu rehabilitación va a depender de lo que puedas invertir.

- ¿Cómo hay que actuar ante un caso de ictus?

-Ante cualquiera de los tres síntomas principales: caída o pérdida de fuerza de un lado del cuerpo o problemas en el lenguaje (dificultad para hablar o para entender una pregunta) hay que llamar al 112. Al hospital no se va; te llevan los servicios de emergencia porque hay una red de ictus de implantación nacional, una serie de hospitales preparados para atender estos casos, y el protocolo solo se activa llamando al 112.

-¿Dónde hay que comenzar la concienciación?

-Freno al Ictus tiene varias líneas de actuación: campañas sociales para acercar a la población el impacto de la enfermedad, el tejido industrial, que es donde están los pacientes jóvenes, y la educación. Los niños son muy importantes, porque cuanta más conciencia sanitaria crees en las poblaciones jóvenes, más sana será la sociedad que tengas. Nuestros padres cuidan a nuestros hijos. Entonces, ¿por qué no conseguir que los nietos puedan actuar en caso de que a su abuelo o abuela le pase algo? Este programa se llama "Héroes en casa" y consiste en enseñarles cómo manejar una situación de emergencia como un ictus.