Las emociones es uno de los componentes del populismo que "apela al estómago y no a la cabeza", dijo. Ese es el caso del Brexit pero también de Cataluña. "Reclaman una identidad mítica que en la mayoría de los casos no ha existido nunca", subrayó Martí Font. Este sí es uno de los riesgos de estos movimientos, advirtió, ya que "el componente visceral es uno de los grandes peligros que han acechado siempre al continente europeo, que ha demostrado ser uno de los lugares más sangrientos de la galaxia". "El populismo tiene un elemento peligroso que está en el origen de la destrucción porque es la creación de un enemigo", remarcó.

El momento de paz actual que dura ya 70 años recordó, es "insólito" y por lo tanto previno del riesgo de volver a "tocar las emociones". "Seguimos siendo capaces de matarnos, no nos conviene olvidar que el componente de la violencia de la irracionalidad ha estado, está y estará siempre en Europa", manifestó.

Con todo, el escritor recordó que algunos partidos que comenzaron como antisistema ocupan ahora un espacio que los socialdemócratas dejaron vacío. Este es el caso de Podemos en España, indicó. "El populismo como programa intenta cambiar el sistema y es legítimo plantearlo así. Estamos a la espera de que alguno de ellos pueda construir un sistema alternativo donde se superen y arreglen las cosas con las que no estamos de acuerdo", convino. "Estaría bien que nos propusieran un sistema mejor pero deberíamos conocer las propuestas antes de ofrecer carta blanca", recordó. "Es difícil adivinar qué pasará en los próximos años", dijo, pero sí consideró prioritario el "mantener como oro en paño nuestro sistema de protección social". "Es evidente que nuestra factoría de democracia tiene fallos por todos los lados, tenemos que reflexionar sobre cómo organizamos nuestras sociedades", aseveró.