Ha puesto de moda a los clásicos italianos de los sesenta, setenta y ochenta con su "Vía Dalma", un proyecto que nació como un disco homenaje a aquellos temas con los que creció y que después interpretaría en su primera etapa como cantante de orquesta, y que ha terminado convirtiéndose en una trilogía. El viernes estará en el Auditorio Mar de Vigo (21.00 horas) dentro de su "Tour Vía Dalma III", en un concierto en el que también sonarán sus grandes éxitos, como "Bailar pegados" y "Galilea".

-¿Habrá "Vía Dalma IV"?

-Desde luego, repertorio para hacerlo, hay. También decía que no quería hacer una segunda parte y he hecho tres. La última palabra la tiene el público, y también depende del momento en que uno se encuentre. Yo creo que sería bueno cerrarlo así, con esta trilogía, aunque nunca puedes cerrarle la puerta a nada.

-¿Y en qué momento está?

-Estamos inmersos en una gira tremendamente intensa, que empezamos en enero y terminará a final de año y después, el año que viene, haremos una gira especial por el 30 aniversario en los escenarios, por lo cual tengo la cabeza en este proyecto.

-Treinta años... Si echa la vista atrás, ¿cómo recuerda a ese chico de "Esa chica es mía"?

-Tengo la sensación de que han pasado de una forma demasiado rápida y ahora estoy en una edad en la que me apetece ralentizar todo un poco y disfrutarlo de otra manera. Soy de las personas que disfrutan de cada etapa de la vida y si miro para atrás creo que ha valido la pena porque he hecho muchas cosas, y sobre todo, porque sigo vinculado a lo que en su día fue un hobbie y que luego fue mi profesión.

- Y a por otros 30 más, ¿no?

-(risas) No, no. No me gustaría verme muy mayor en los escenarios. Creo que mientras pueda seguir desarrollando el concierto que yo quiero, continuaré, y aún tengo mucha ilusión y mucha energía.

- ¿La misma ilusión que cuando salió por primera vez a un escenario?

-Y los mismos nervios, sí. Yo siempre digo que lo mejor esta aún por llegar, lo cual te mantiene lejos de la zona de confort, y te permite seguir apreciando y valorando el desafío, el reto. Uno acaricia el éxito cuando arriesga.

-¿Anima a quien está empezando a que continúe?

-Totalmente. Siempre hace falta un relevo generacional y que salga gente joven, y además tan bien preparada, te pone las pilas. Hay que animarlos y apoyarlos para que cumplan su sueño. Además hoy hay magníficas ventanas, como internet y los talent shows.

-Muchos artistas critican esta fórmula televisia...

-Cuando hay talento, acaba saliendo. Lo que pasa es que hay gente que va a un talent show y se cree que ya está hecho todo y no. Luego el día a día es muy diferente, pero no deja de ser una plataforma donde la gente puede darse a conocer y aunque a veces dé la sensación de que el mercado está saturado, el público al final es el que elige y más hoy, que hemos conseguido que la gente pague una entrada para ir a ver un espectáculo, cuando antes parecía que todo era gratuito, por lo cual ahora tienen mas derecho a exigir. Saber digerir el éxito y no empacharse es muy difícil a veces.

-Hoy se paga por ir a un concierto, pero no por los discos...

-Quizás se consume más música hoy que antes, pero ahora nos resulta más cómodo escucharlo en una plataforma que salir a comprar el disco. La sociedad ha cambiado.

-Dice que quería que los temas tuvieran alma, ¿cómo se adaptan éxitos de otros a uno mismo?

-Si dices: canciones italianas y una voz muy parecida, y parece fácil, pero cuando vas descubriendo distintos estilos, de varias décadas de artistas totalmente diversos y lo que tiene que unir todo esto es tu voz, tu carácter, tu forma de interpretar ya se complica. Pero tenía claro que tenían que sonar todas a Dalma. Hay canciones que me gustan mucho pero que he descartado porque no me convencían cómo me quedaban.

-¿Dónde está la clave para que una canción perdure en el tiempo?

--¡Ojalá lo supiéramos! Cuando estaba grabando "Bailar pegados" no me podía imaginar que iría a Eurovisión y que tendría la repercusión que tuvo y que hoy siguiera tan viva. Cuando cantas una canción nunca sabes lo que puede ocurrir.

-¿Repetiría en Eurovisión?

-No. Siempre he dicho que fue algo irrepetible, de lo que tengo muy buen recuerdo. También era otro festival de Eurovisión. Echo de menos una orquesta, una banda en vivo. Seguramente si ahora fuera quedaría el último. Yo me quedo con aquella Eurovisión de 1991, que precisamente fue en Cinecittá, en Roma. Pero siempre que puedo lo sigo viendo y aunque ha cambiado, no deja de ser un escaparate para que te vean en otros lugares de Europa.

-¿Qué le pareció la actuación de Amaia y Alfred?

-Me gustó que se siguiera la fórmula de salir con una buena canción, sin toda la parafernalia, como ya hizo Sobral en la anterior edición, y creo que Amaia y Alfred, independientemente de que te gustara más o menos la canción y de la posición en que quedó, lo hicieron muy bien y tienen toda la carrera por delante.