"La figura de José García- Barbón se tilda de prócer y filántropo" -una rara avis entre los adinerados de la época- "pero también como empresario pensó como un emprendedor de hoy", aseguró ayer el historiador y profesor Xerardo Dasairas. El experto, natural de Verín pero afincado en Cangas, ofreció en el Club FARO la conferencia y proyección "José García Barbón, mecenas y filántropo de Vigo", en la que explicó su legado en la ciudad olívica, con la donación del edificio Pacewich para la Escuela de Artes y Oficios (para que estudiasen hijos de trabajadores); el Teatro García Barbón y, en su localidad natal -Verín- la construcción del colegio San José que regentaron los hermanos de la orden La Salle y diversas obras en iglesias como el Santuario da Nosa Señora dos Remedios y la Torre do Reloxo y el órgano de la Iglesia parroquial de Verín.

La concejala de Educación de Vigo, Olga Alonso, se encargó de presentar a Xerardo Dasairas como un "adelantado a su tiempo porque, por ejemplo, estudió Filología inglesa cuando solo había ocho alumnos" y "es historiador desde los veinticinco años".

Con el pretexto de la conferencia, que versó sobre un libro recientemente publicado por el Concello de Verín sobre García Barbón (Verín, 1831 -Vigo,1909) -y prologado por el alcalde de Vigo, Abel Caballero-, se aludió a otros datos menos conocidos como el origen asturiano de sus abuelos de Candás; cuyo topónimo usaría, precisamente para nombrarle en una logia masónica. O que, durante su estancia en Cuba pagaría pasajes de retorno a otros emigrantes cuyo destino en la isla no fue tan propicio. También que, como empresario, José García Barbón destacó en la villa de Verín por su intensa labor social y su visión emprendedora, dado que, tras la construcción del hotel balneario de Cabreiroá pretendía convertir a la villa en un referente del termalismo a nivel nacional.

"Todo el mundo lo define como un hombre caritativo con la gente necesitada, que envía ya antes de venir de La Habana dinero para las obras de la Iglesia de Verín, pero Barbón como empresario pensó como un emprendedor de hoy y montó negocios como los "Ómnibus automóviles", que eran autobuses de vapor y su gran proyecto fue el gran balneario de Cabreiroá", destacó Dasairas. Tanto fue así que los contactos que García-Barbón había fortalecido en Cuba, así como con EEUU, le permitieron logra la exportación del agua. Hoy en día, según avanzó Dasairas, son los mismos propietarios de Hijos de Rivera quienes gestionan el agua de Cabreiroá.

También intentó poner en marcha un banco de crédito agrícola para ofrecer dinero a bajo interés a los agricultores y ganaderos de Monterrei. "A las casas de banca y usureros no le gustó que quisiera hacer una casa de banco de bajo crédito", aseguró el historiador. Quizás fueron esos problemas con la banca los que estuvieron detrás de la tala de árboles que el prócer había plantado en la villa -anticipándose también al control climático- y que aparecían talados sin causa aparente, según explicó Dasairas. "También trabajó por la electricidad para el tranvía y el hotel de Cabreiroá", indicó.

Pero la conferencia arrancó desde el principio de los días de García Barbón, que tuvo que emigrar a La Habana desde Vigo -siendo realmente un niño desamparado- detrás del tío Luciano, que regentaba en Cuba varias explotaciones azucareras. Entre los documentos que aportó el historiador se encuentra la partida de nacimiento de García Barbón, y a la que el historiador seguía la pista desde que su maestro, el profesor Taboada Chivite, escribió que había nacido el 30 de marzo.

"Lo acusaron de negrero y de comerciar con esclavos, por la actividad a la que se dedicó con el tío Luciano, pero cuando él heredó las azucareras ya no había esclavitud. Al contrario, parece que usó el dinero de esa empresa para compensar a la gente más desfavorecida", defendió Dasairas. En ese sentido, aseguró que "quedan aún parcelas de García Barbón que no creo que la familia pueda recuperar mientras sigan incautadas por el gobierno de Cuba". En busca de sus pasos, Dasairas viajó hasta el corazón de La Habana vieja, donde ubicó las casas en las que vivieron: en la calle Teniente Rey y calle de la Amargura.

Como conclusión de la conferencia, el historiador abordó el fallecimiento de García-Barbón y su entierro que fue un acto "masivo", aunque en vida nunca "quiso hacer homenajes públicos". También se refirió a la monumentalidad del mausoleo de Pereiró en Vigo que acoge su sepulcro.

Y, citando al titular de un artículo de Ceferino de Blas en FARO "La movilidad de las estatuas" aludió a los curiosos traslados que protagonizó la estatua del filántropo en su villa natal y que lo devolvieron al lugar de origen, después de muchas vueltas, 30 años más tarde.