Ignacio Lago Peñas es profesor titular de Ciencia Política en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) y fue uno de los primeros que se sumó a la iniciativa #Nosinmujeres.

- ¿Por qué se ha sumado a este movimiento?

- La idea fundamental desde mi punto de vista es dar más visibilidad y presencia a las mujeres en las Ciencias Sociales, donde tenemos más estudiantes de grado mujeres que hombres pero a medida que avanza el desarrollo académico, en el máster, doctorado y profesorado hay un embudo muy claro y el porcentaje de mujeres se reduce y pasa a ser una presencia muy escasa.

- ¿Por qué ocurre?

- Tiene que ver fundamentalmente con cuestiones sociales y culturales y por eso creo que es importante visibilizar esta cuestión, de darle más importancia a las mujeres en un ámbito como son las ciencias sociales donde hay muchas y muy buenas investigadoras.

- Hay universidades que incluyen en sus normativas la presencia de mujeres en determinados ámbitos, ¿cree que este tipo de iniciativas harán que se generalicen?

-Eso es. Por ejemplo, mi universidad es la Pompeu Fabra y hay una norma interna que dice que los tribunales de tesis que conforman tres personas deben buscar la paridad de género. Es una regla institucional más o menos fija pero ahora el compromiso es individual. El firmar este manifiesto quiere decir que al margen que haya reglas de las instituciones cada uno de los que firmamos nos comprometemos a no participar cuando no haya mujeres en el acto a partir de tres personas. Por tanto es el salto a partir de un compromiso institucional laxo a un compromiso personal e individual.

- Iniciativas como #Nosinmujeres se unen a otros movimientos como el #Metoo o las protestas feministas, ¿cree que están cambiando las cosas?

- Yo creo que lo que está sucediendo en los últimos tiempos en España, más que en ningún otro sitio en nuestro alrededor son dos cosas. Primero, que el movimiento feminista se está convirtiendo en algo muy transversal, ya no solamente entre hombres y mujeres sino también entre individuos de distintas ideologías, y eso es muy importante. Y segundo que es ha entrado con una fuerza enorme en la agenda política. Hace unas semanas, antes del 8 de marzo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, planteó que la discriminación salarial no era un tema relevante para él. Y como consecuencia de las movilizaciones recientes ahora sí lo es. Y creo que el hecho de que sean los hombres los que hagan una iniciativa exclusivamente masculina es especialmente interesante. Todo ello permite ser optimista en el sentido de que se aprueben medidas en el corto plazo que permitan combatir cosas tan extraordinariamente injustas e inaceptables como que dos personas que realizan el mismo trabajo ganen distinto dinero. No solo eso sino que el hecho de que entre mis compañeras apenas haya mujeres y sin embargo el personal administrativo de la universidad es mayoritariamente femenino. Los hombres están en los trabajos, en el caso de la universidad en particular, mejor remunerados y con más prestigio y no hay ninguna razón para que sea así.