Galicia ha sufrido en los últimos diez años 42 crímenes de violencia machista que han dejado a 25 menores de edad huérfanos de madre y, en algunos de los casos, también de padre al tratarse de asesinatos que implicaron también el suicidio del progenitor y agresor.

En algunos casos los propios niños son testigos directos del crimen, como ocurrió con el asesinato de Ana Gómez Nieto, de 40 años, a manos de su compañero sentimental, Juan Manuel Carballo, de 29. La mató el 11 de febrero de 2016 en Becerreá con una escopeta de caza delante de sus hijos, adolescentes, de 16 y 17 años. Uno de ellos resultó incluso herido leve por el rebote de la bala.

También una hija menor de edad presenció en Lugo en marzo de 2013, cómo su padre, de nacionalidad rumana, acababa con la vida de su madre con un hacha y ella incluso tuvo que huir para evitar el mismo destino. La pareja tenía tres hijos menores en común.

En Vigo, dos pequeños de apenas 3 y 4 años también fueron testigos de la muerte a golpes de su madre, Aellyca Dacosta, el 17 de agosto de 2008. Fueron ellos, además ,quienes alertaron de lo que ocurría a los vecinos aunque por su corta edad no fuesen totalmente conscientes de lo que ocurría. "Vinieron pidiendo socorro para ayudar a su mamá, que lo estaba pasando mal, que le habían dado y que parecía que estaba vomitando", explicaba entonces la vecina que atendió a los niños, cuatro plantas más abajo de su piso, pasadas las once de la noche.

En el caso del asesinato de Chapela, ocurrido en febrero de 2017 y en el que tanto la víctima como su antigua pareja murieron en la explosión de la vivienda provocada por este último, se temió incluso por la vida del hijo menor de ambos, que contaba entonces con 8 años. En los primeros momentos del suceso, para el que el hombre utilizó dos bombonas de butano manipuladas y una garrafa de gasolina, se creyó que el niño podría estar atrapado entre los escombros pero tras varios minutos de angustia fue finalmente localizado en la casa de sus abuelos paternos.

En otras ocasiones son los propios niños quienes son las víctimas directas como ocurrió hace ahora un año, en Oza-Cesuras donde un hombre mató a golpes a su hijo de once años para hacer daño a su exmujer. Así lo determinó la juez que se hizo cargo en primera instancia del caso y que finalmente lo derivó a Violencia sobre la Mujer. Otro de los casos más estremecedores fue el asesinato en Moraña de dos niñas de 4 y 9 años a las que su padre, en 2015, degolló con una radial como posible venganza hacia su exmujer.

Un año antes, otro asesinato se llevaba la vida de María Luisa Jiménez, de 37 años. Tenía seis hijos y estaba embarazada del séptimo cuando su marido, tras secuestrarla a la fuerza, le asestó varias cuchilladas dentro del coche y después abandonó su cuerpo en el monte. Una tercera persona había presentado una denuncia por malos tratos y aunque ella lo negó en un primer momento, más tarde decidió abandonar el domicilio conyugal para mudarse a casa de su familia materna, en Vilaboa. Fue allí donde su marido se la llevó por la fuerza.

Lo mismo hizo María Rosa de la Hoz, de Ponteceso, quien también dejó a su pareja para intentar emprender una nueva vida. Tenía dos hijos, de 5 y 11 años, el mayor con parálisis cerebral. Apenas tres semanas después de dejar la vivienda común, fue asesinada a martillazos. Era el 15 de septiembre de 2010.

211 asesinatos en España

En España, desde 2013, se produjeron 211 asesinatos u homicidios por violencia de género en los cuales 152 casos eran madres lo que suma 194 menores de edad huérfanos y otros 142 mayores de edad. Otros 21 menores de edad fueron asesinados en los últimos cinco años, uno de ellos en Galicia, el pasado año.