El Papa Francisco afirmó ayer que está "profundamente afectado" por la muerte del bebé británico Alfie Evans, que sufría una enfermedad cerebral irreversible y que falleció tras ser desconectado de los equipos que lo mantenían vivo. "Estoy profundamente afectado por la muerte del pequeño Alfie. Hoy rezo especialmente por sus padres, mientras Dios Padre lo acoge en su abrazo de ternura", escribió el pontífice en su cuenta oficial de la red social Twitter.

Los padres del pequeño, Tom Evans y Kate James, de 21 y 20 años respectivamente, anunciaron la muerte de su hijo durante la noche del viernes, después de que el lunes fuera desconectado de los aparatos de soporte vital que lo mantenían con vida dada su enfermedad cerebral degenerativa.

Su fallecimiento se produce después de que los padres hayan llevado a cabo una batalla legal durante meses en el Reino Unido, pues la Justicia había estipulado la desconexión del niño en contra del parecer de los progenitores.

El Papa recibió en el Vaticano al padre del niño el pasado 18 de abril y se ha manifestado en varias ocasiones sobre este tema, pidiendo incluso que se probaran "nuevas posibilidades de tratamiento" del bebé. El hospital pediátrico Bambino Gesú se había ofrecido a atender al pequeño y, para ello, el Gobierno de Italia le otorgó la nacionalidad y preparó un avión medicalizada para su posible traslado, que los jueces no permitieron.

El Papa afirmó ayer ante los participantes de un Congreso Internacional sobre Medicina Regenerativa que "no todo lo que es técnicamente posible es éticamente aceptable" y enfatizó que la ciencia debe tener "límites" por el bien del hombre.