El último capítulo de la serie "Fariña" no ha gustado a la presidenta de la Fundación Érguete, Carmen Avendaño, porque considera que se insinúa que ella tenía una relación con los policías y con el juez Baltasar Garzón, instructor de la Operación Nécora.

"No me gustó porque habla de una complicidad policial y social que realmente en aquel momento no era así al principio, poco a poco se fue produciendo. En el tema de la droga se culpaba solo a los toxicómanos en un inicio, ellos eran los que robaban y no se buscaban los porqués en aquel momento", destaca la viguesa, que fue una de las fundadoras del colectivo de madres y padres contra la droga.

"Se hace un análisis muy light de los narcos. Y una relación de la asociación con ellos que no teníamos, al contrario, teníamos grandes diferencias. Por lo tanto, no sé cómo se irá desenvolviendo la historia en la serie pero el capítulo de esta semana no me gustó", defiende.

Avendaño critica que en la serie se hayan acelerado los hechos de tal manera que se obvian las duras condiciones en las que salieron a la calle. "En aquel momento se culpaba a los toxicómanos de todos los males", dice. "La Policía lo que quería era coger a nuestros hijos si estaban cometiendo algún delito. Hubo un gran enfrentamiento que poco a poco se convirtió en una relación más civilizada", agrega.

En el capítulo ocho de la serie de Atresmedia, emitido el pasado miércoles, se ve cómo los padres y madres contra la droga se ponen frente a un local en el que sabían que se traficaba con drogas, e incluso se ve cómo el personaje de Avendaño (encarnado por la actriz Iolanda Muiños) se marcha a Madrid con el sargento Darío Castro (interpretado por Tristán Ulloa) para reunirse con Baltasar Garzón. Sin embargo, "Fariña" es una ficción basada en hechos reales, y no todo ocurrió como se vio en la serie, por ejemplo, las madres contra la droga no fueron al acto en el que se nombró al narco Sito Miñanco hijo predilecto de Cambados. "No íbamos a ir a aplaudirle", afirma Avendaño.

"Nosotros estuvimos años haciendo actuaciones muy llamativas, y creo que operativas, para concienciar a la sociedad de lo que estaba ocurriendo. Lo que hacen en la serie es pegar un salto al vacío y de pronto yo soy 'miss universo' y estoy con la Policía... y eso no es así. Además, no soy yo. Somos muchísimas familias, que desgraciadamente la mayoría de ellas se han muerto", asegura Avendaño.

La viguesa insiste en que ella nunca tuvo privilegios para su familia: "A mis hijos los han detenido por cada delito que han cometido y han cumplido la pena sin que les dieran ayudas de ningún tipo. Cuando yo hablaba de estos temas no ocultaba que tenía dos hijos con problemas, pero su vida privada nunca la compartí ni la exploté. He intentado ser ética durante toda mi vida. Mis hijos formaban parte de un colectivo, me dolían porque eran míos, pero éramos muchos los afectados los que yo representaba porque así me eligieron".

"Tengo la sensación de que mis hijos han pagado bastante más que los de otras personas, también hay que ponerse en la situación de aquel momento... Pero jamás en la vida he vendido la vida de mis hijos porque forma parte de su privacidad", asevera Avendaño.