No se trata de dar la espalda a la revolución informática, que es imparable, sino de aplicar el sentido común para evitar malas experiencias. "El problema no está en las herramientas, sino en el uso que las damos", afirma Fernando Suárez. Y la gran revolución está aún por llegar, de la mano de la Inteligencia Artificial, que según Fernando Suárez, lo cambiará todo.

-Hemos pasado en pocos años del uso del móvil al Internet de las Cosas. ¿Qué será lo siguiente?

-La tendencia es estar cada vez más conectados. La irrupción de nuevos servicios es rapidísima y con una trascendencia brutal. Cuando aparecieron las redes sociales, nadie podía imaginar que fueran a tener el éxito que tienen. La aparición de la Inteligencia Artificial lo va a cambiar todo: nuestra forma de trabajar, de relacionarnos; hasta nuestra forma de ser.

- Mucha gente asocia la Intelivencia Artificial a robots que desplazarán al ser humano.

--Para eso falta mucho, pero sí que conseguirá automatizar muchos procesos y es cierto que sustituirá a los humanos en muchas tareas, algo que por otro lado tiene que ver con el progreso. Al igual que cuando apareció la máquina de vapor desaparecieron puestos de trabajo y aparecieron nuevos, hay estudios que afirman que la Inteligencia Artificial, aunque supondrá la desaparición de puestos de trabajo, generará muchos más de los que desaparecerán porque tiene que haber humanos construyendo todos esos sistemas y servicios. ¿Cuál es la diferencia? La velocidad de aparición de las nuevas teconologias. Antes, para llegar a todo el mundo pasaban muchos años. Al teléfono le llevó 75 años llegar a 100 milllones de usuarios, a internet le llevó 7, y a Pokemon Go, 3 semanas.

- ¿Y estamos preparados para estos cambios tan rápidos?

-No, y la formación y concienciación en todos los niveles es vital. El iphone, que supuso la llegada al mercado público del teléfono móvil, tiene once años; internet en Galicia acaba de cumpir 25 años, y Facebook tiene unos 10 años, y con una irrupción sin precedentes en la historia de la humanidad. Faltan esos hábitos de uso, esa educación, y es lógico que falte porque todo esto es relativamente reciente. Sin embargo, también es cierto que tampoco se están poniendo todos los medios para formar a la sociedad en general y a los más jóvenes en particular. Es urgente una reforma de los planes de estudios y educar para que sepan vivir en el nuevo entorno tecnológico. Hoy no tiene sentido la memorización de datos cuando los tenemos en segundos dándole a un botón, pero sí lo tene saber discernir qué es y qué no es cieto en internet.