"Excepto algunos reflejos innatos, todo lo que hacemos lo aprendemos desde que nacemos", aseguró la psicopedagoga experta en violencia filo-parental María Ferreiro. "Aprendemos comportamientos. Unos nos ayudan y otros nos dificultan el proceso de vivir tranquilamente", añadió. Según explicó Ferreiro, las formas de aprendizaje son las siguientes: por asociación, por imitación, o por refuerzos positivos o refuerzos negativos.

"Los expertos calculan que solo llegan a los juzgados un 15% de los casos reales. Así que estamos ante una media aproximada de unos 31.000 casos anuales de los que solo conocemos ese 15%. La mayoría de la gente no acude a denunciar y es que, además, se considera que uno de cada diez menores maltrata a sus padres. A su vez, se calcula que antes de poner una denuncia, las familias sufren una media de 18 meses de violencia", explicaron en su diálogo el abogado José Luis Pena y la psicóloga.

Ambos hicieron hincapié en que las actitudes graves tienen que tener consecuencias graves, y confirmaron el miedo de muchos padres a desvelar estos casos de violencia que ocurren de puertas para dentro. "Muchos tienen miedo a perder a ese hijo que todavía tiene que crecer y después podrá echarles en cara lo que han hecho", apuntó Ferreiro.

Según señalaron, el 12% de los delitos que cometen los menores de edad está relacionado con la violencia filo-parental. "Es un problema grave del que se sale pero hace falta afrontarlo", destacaron. En concreto, recordaron el derecho de los padres a acudir a un juez o fiscal y enfatizaron que cualquier actuación puntual debe ir acompañada de una terapia con expertos para toda la familia, no solo con el sujeto causante del problema. "En estos casos hay que restaurar el ámbito familiar", resaltó Ferreiro.