No eran inexpertos, a juzgar por las primeras identificaciones que han trascendido. Del grupo de cinco españoles sepultados bajo la nieve tras ser alcanzados por un alud en los Alpes suizos, dos se han salvado y portaban dispositivos de localización. Y entre los tres miembros de la expedición fallecidos figura el nombre del director de la Escuela de alta montaña de Castilla-La Mancha, Román Bascuñana que, según indica en un curriculum aún disponible en internet, vivía a caballo entre España y los Alpes, en el valle de Chamonix; es decir, cerca de la zona del accidente. Y también fue confirmada por la policial la identidad de la mujer fallecida junto a los otros dos esquiadores: Leila Pérez, una agente de Policía Nacional destinada en Madrid.

La afición por la montaña de Bascuñana, natural de Talavera de la Reina (Toledo), y licenciado en Geología en la Universidad Complutense de Madrid, le había llevado a formar parte de más de 30 expediciones en el Himalaya indio, Perú, Bolivia, Argentina o Nepal. Sin embargo, esa travesía en piel de foca (un tejido pegado a la base del esquí para que solo se deslice en un sentido, lo que permite remontar las pendientes) por el territorio suizo entre Fiesch y la estación de esquí de Fiescheralp, se ha convertido en su última aventura. El experto montañero era técnico deportivo superior de alta montaña y desde el año 2000 trabajaba como guía de montaña e instructor de escalada y esquí.

Los tres españoles fallecieron tras el alud de nieve en pleno Sábado Santo cuando esquiaban fuera de pista, tal y como indicó la policía suiza. Se trataba de dos hombres de 37 y 48 años y una mujer de 38.

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Pero un empleado de la empresa "Freek Guides", organizadora de esa expedición -que se encontraba en su último día de ruta- concretó además la identidad de los otros dos muertos en un mensaje en una red social: "Nuestro guía @r_bascunana y los amigos Leila y Marcos han fallecido en un fatal accidente en el Cantón de Valais (Suiza)".

Los heridos, una mujer de 30 años y un hombre de 49, abandonaron el hospital de Viège donde había sido llevados en helicóptero el sábado por la noche, tras ser hallados en vida con heridas leves.

"La avalancha ocurrió fuera de la zona esquiable", aseguró la policía del cantón suizo de Valais en un comunicado. La operación de rescate empezó poco después de la avalancha gracias a que los servicios de socorro fueron advertidos por teléfono por una persona de otro grupo que apenas pudo evitar la avalancha, pero que vio cuando los montañistas eran cubiertos por la nieve, indicó la prensa local suiza.

El grupo salió el sábado por la mañana de un refugio situado al pie del glaciar Aletsch y luego se dirigió hacia la estación de esquí de Fiescheralp. Durante el ascenso hacia la zona llamada Obers Tälli, a 2.450 metros de altitud, una avalancha arrastró a los excursionistas que llevaban aparatos para ser localizados. La policía del cantón de Valais advirtió que las últimas nevadas, asociadas al viento, aumentaban el peligro de avalanchas, sobre todo a alturas superiores a los 2.000 metros.

"Las avalanchas son el peligro que más bajas causa en alta montaña y, además, resultan difíciles de prever", indican diferentes manuales consultados en páginas especializadas como Desnivel.com. Expertas alpinistas como la viguesa Chus Lago explica la diferente formación de varios tipos de aludes. También la prevención necesaria: "A la hora de hacer la ruta, sabes que aún con inclinaciones pequeñas, de 45º, existen posibilidades de que la nieve 'fresca' se deslice", indica. "Si ha hecho un frío repentino, la capa más superficial de nieve es como un cristal que se puede romper y deslizarse sobre la nieve en polvo: es lo que se conoce como avalancha de placas", añade.