"Aún no se ha escrito lo suficiente sobre los Borbones". Esta es la opinión de la periodista e historiadora Pilar Eyre, quien ha escrito muchas líneas ya sobre esta dinastía ("Dos Borbones en la corte de Franco", "María, la Brava", "Secretos y mentiras de la Familia Real" ,"Ena") y ahora "Carmen, la rebelde" (Planeta), que apenas un mes después de salir a la luz (salió a mercado el 13 de febrero) va ya por la tercera edición. En "Carmen, la rebelde", la escritora novela la relación entre la actriz Carmen Ruiz Moragas y el rey Alfonso XIII (Madrid, 1886-Roma, 1941), una historia de amor intensa y turbulenta que duró ocho años y de la que nacieron dos hijos, María Teresa y Leandro de Borbón.

"Carmen fue el gran amor del rey Alonso XIII", aseguró la invitada del Club FARO, quien recordó que esta fue la relación extramatrimonial más larga que tuvo el bisabuelo del rey Felipe VI. "Alfonso XIII era mujeriego y promiscuo, como todos los Borbones. Tuvo su primera relación sexual con 14 años con la hermana del duque de Alba, que tenía 22, en un encuentro propiciado por los gentilhombres, y desde entonces tuvo una vida sexual muy activa. Tenía un apetito sexual increíble", relató la periodista en una charla-coloquio que moderó la periodista Lucía Trillo.

Eyre aseguró que cuanto más detalles descubría sobre Carmen Ruiz Moragas (Madrid, (1896-1936), conocida familiarmente como Carmenla, más le fascinaba el personaje. "No sabía que realmente hubiera sido tan influyente", dijo la conferenciante, que añadió: "Parece increíble que una persona pueda vivir tanto en una sola vida, y murió joven, tenía 39 años".

Hija de madre soltera, feminista, independiente, rebelde y republicana confesa, Ruiz Moraga fue, según Eyre, "una influencer" de principios del siglo XX. Su vida era seguida al dedillo por la prensa rosa de la época ya desde su relación con el torero mexicano Rafael Gaona, con quien se casó a pesar de ser antitaurina, y creaba tendencias. Puso de moda el zapato sin tacón, que usaba para no superar en altura a la mayoría de los galanes de teatro -ella medía 1,75- y que las mujeres fueran solas al teatro por la tarde; "quemó el corsé" al igual que e los sesenta hicieron con los sujetadores muchas feministas como manifestación a favor de la liberación femenina; fue una de las primeras divorciadas y también una de las primeras mujeres que se atrevió a denunciar públicamente los malos tratos. A ella se le debe también, según Eyre, la apertura de uno de los primeros refugios de animales de España, algo desconocido en la época en el país.

"Cuando más conocía sobre Carmen, más extraño me parecía que apenas se haya escrito sobre ella. Entonces me di cuenta de que había habido una intención de ocultar el personaje porque era incómodo: para los republicanos por haber mantenido una relación con un rey, para los monárquicos por lo mismo, y para la dictadura franquista porque intentó tapar absolutamente todo lo que pasó durante la República", dijo Eyre que recordó que Carmela pudo haber sido reina. "Alfonso XIII quiso divorciarse de la reina para casarse con ella", recordó.

Durante sus investigaciones, Eyre descubrió que durante la gestación de su segundo hijo, Leandro, la actriz, que llegó a tener compañía propia, se había alejado del rey y mantenía una relación amorosa con el escritor de la Generación del 27 Juan Chabás, por lo que en la novela plantea la posibilidad de que Leandro de Borbón no sea realmente hijo de Alfonso XIII, suposición que no ha gusado a sus hijas. "Cuando salió el libro me preguntaron por qué no había hablado con la familia, pero yo creo que los personajes históricos no pertenecen a sus familiares y cuando escribes sobre ellos, ya sea una biografía o una historia, si hablas con los familiares quedas cautiva de su versión de los hechos y ya no puedes dar otra que no sea la suya", argumentó.

Sobre su especial interés por los Borbones, la escritora aseguró que todos sus miembros, desde los reyes a sus primos y tíos, tienen unas vidas fascinantes. "La historia de los Borbones es como un drama de Shakespeare y la vida de cualquiera de ellos da para un libro", afirmó.

Eyre aseguró que a pesar de que cuando falleció la actriz, su relación con el monarca se había acabado, falleció esperando noticias suyas y que su nombre fue lo último que pronunció. Esta situación fue parecida a la que vivió su hijo Leandro, que hasta el último momento esperó una llamada de Zarzuela que no se produjo interesándose por su salud, un paralelismo que descubrió, dijo, cuando ya releía el libro. Y no es el único.