Con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Glaucoma, ayer, se celebra en todo el mundo la Semana Mundial de Glaucoma (World Glaucoma Week) con el objetivo de poner el foco sobre una enfermedad crónica que puede afectar muy gravemente la visión y que, de hecho, es la segunda causa de ceguera en el mundo, tan solo por detrás de la diabetes, y la primera causa de ceguera irreversible.

Es una de las denominadas dolencias "silenciosas", ya que sus síntomas no aparecen hasta que la enfermedad está ya en fases avanzadas. Se define como una enfermedad irreversible del nervio óptico que puede deberse a varias causas y cuyo factor de riesgo más importante es la presión intraocular elevada. Afecta aproximadamente a un 2 por ciento de la población y se calcula que en España la sufren un millón de personas, de las cuales la mitad, 500.000 personas, lo ignoran.

La Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) también extrapola los datos a la comunidad gallega, donde padecen la enfermedad 59.583 personas y, de éstos, no lo saben 29.792 lo que significa que no tienen acceso a tratamientos ni tampoco a la medicación adecuada por lo que podrían padecer graves discapacidades visuales. A este respecto, se estima que 1.490 gallegos que sí han sido diagnosticados y reciben medicación podrían sufrir ceguera total a pesar de seguir las indicaciones y tratamientos pautados por los médicos ya que se trata de una enfermedad que por el momento no tiene cura.

"No hay que bajar la guardia ante el glaucoma. Es fundamental saber que existen varios tipos (congénito, pigmentario, traumático, etc.) y que la degeneración visual es más lenta en algunos pero, en otros es más agresiva y rápida. Al no tener cura puede ir a mayor o menor velocidad pero en muchos casos el resultado es la discapacidad visual", precisa la presidenta de AGAF, Delfina Balonga.

A nivel mundial hay 4,5 millones de enfermos y se calcula que se alcancen los 11 millones en 2020. En los primeros años el cerebro compensa el déficit de visión por lo que es casi imposible que el paciente pueda darse cuenta de que está perdiendo su capacidad visual. En sí, la enfermedad se caracteriza por la pérdida de visión periférica (denominada visión túnel) y en ocasiones también central por el daño progresivo que se produce en el nervio óptico.

La sociedad tienen a relacionar el glaucoma con las personas mayores, si bien la AGAF destaca que el riesgo de padecerlo a partir de los 70 años apenas alcanza al 12 por ciento. El diagnóstico más frecuente está en la franja de 50 a 60 años, aunque también existe un tipo de glaucoma muy agresivo y que avanza con gran rapidez en la gente más joven.

Al tratarse de una enfermedad hereditaria, los factores de riesgo a tener en cuenta son el tener un familiar que padezca la dolencia, ser mayor de 40 años, miopía importante, diabetes, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares, entre otros, según la Sociedad Española de Glaucoma. Dada la importancia de un diagnóstico precoz, se recomiendan revisiones rutinarias a partir de los 45 años cada dos años y anuales si existen factores de riesgo.