El Papa advirtió ayer de "peligrosos atajos" usados ante el miedo, la angustia o la muerte que adoptan algunas personas como la droga o los rituales de magia porque que son "peligrosos atajos".

Francisco explicó que cuando se encuentra la valentía de reconocerse por aquello que se es, uno se da cuenta que las personas están llamadas a confrontarse con la fragilidad y los límites y esto hace que se caiga "en la angustia, la inquietud del mañana, el miedo a la enfermedad y a la muerte". "Esto -explicó el Pontífice- hace que tantas perdonas, buscando una vía de salida, toman a veces peligrosos atajos como por ejemplo el túnel de la droga o aquel de la superstición o de los dañinos rituales de magia".

El Papa precisó que el cristianismo "no ofrece fáciles consuelos" porque no es un atajo, sino que "exige la fe y una vida moral sana, que rechace el mal, el egoísmo, la corrupción". Y agregó: "Nos la verdadera y gran esperanza en Dios Padre rico de misericordia, que nos ha donado a Hijo revelándonos así su inmenso amor".

Francisco definió la cruz de Jesús como la manifestación "más grande del amor de Dios", que definió como "un amor que proviene del corazón del Padre y es acogido y donado con generosidad por el corazón del Hijo". "No olviden nunca: ¡Dios es siempre mucho más fuerte que nuestras miserias! Jamás se cansará de estar a nuestro lado. Aquí reside la alegría del cristiano", sentenció.