La inflamación es una respuesta de defensa del organismo ante agresiones, pero cuando persiste puede ser perjudicial e incluso predisponer al cáncer. Por eso es crucial entender bien la relación entre inflamación y cáncer. Un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha descubierto ahora un vínculo inesperado entre ambos procesos: en el páncreas, uno de los genes que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas se ocupa también de controlar la inflamación en el tejido normal.

Este hallazgo implica "un importante cambio conceptual", explicó Paco Real, jefe del Grupo de Carcinogénesis Epitelial del CNIO, que además de ayudar a entender el origen de los tumores sugiere nuevas estrategias para mejorar la prevención del cáncer de páncreas. El trabajo se publicó en la revista "Nature".