Casi seis años después de su última visita a España, Metallica regresó el sábado al antiguo Palacio de los Deportes de Madrid dentro de la gira de presentación de su décimo disco, "Hardwired... To Self-Destruct" para convertir el recinto en un templo del metal para éxtasis de los 16.700 entregados asistentes. Con unos pocos minutos de retraso aparecían los miembros de la banda estadounidense por una puerta lateral de la pista del pabellón. A la carrera recorrieron el pasillo abierto entre el público hasta el escenario situado en el centro del pabellón mientras sonaba su clásica apertura, "The ecstasy of gold", de Ennio Morricone. Y tras unos breves segundos conteniendo el aliento, la maquinaria comenzó a triturar con el puro thrash metal de "Hardwired".