La violencia juvenil comienza a alcanzar cotas de preocupación. Ayer mismo se conocía la enésima agresión en el seno del terreno afectivo más doloroso: el del hogar. Un menor de 17 años agredió a su madre en el interior de su domicilio en Tenerife. Le deseó la muerte y le pegó una patada porque no le dejó fumar un porro en casa. No se trata de una mera anécdota. Durante 2016, Galicia registró 242 casos de violencia filio parental.

Por eso, la Fundación Amigó abrirá el lunes 29 de enero el "Proyecto Conviviendo Vigo", un recurso gratuito para familias en riesgo de exclusión social que viven situaciones de conflicto. El proyecto, que estará ubicado en la Rúa Purificación-Saavedra, en el barrio de Teis, tiene el objetivo de favorecer la resolución positiva de los conflictos entre los adolescentes y sus familias, así como para dar respuesta a la necesidad de las familias que sufren el fenómeno de la violencia filioparental o violencia ascendente. Las congregación de las Religiosas del Buen Pastor han cedido para esta causa los bajos de un inmueble, donde se ubicarán.

"En unos pocos meses, podremos llegar atender a unas 20 familias porque ya hemos recibido correos de personas interesándose por el servicio y quizás lo extendamos a 30 familias cuando el proyecto esté implantado", aseguró ayer a FARO el director del proyecto en Galicia, José Antonio Morala.

Cuentan con experiencia. En 2017 inauguraron "Proyecto Conviviendo en A Coruña", que atendió a 46 usuarios y 18 familias durante ese año. Morala asegura que "existe un incremento de la violencia ejercida por los hijos adolescentes hacia sus padres o madres, sin distinción de clases ni de género. Es muy importante visibilizar este problema y actuar desde la prevención para detectar a tiempo los casos cuando el vínculo afectivo no esté demasiado deteriorado".

Pretenden hacer un trabajo de prevención previo; una sensibilización previa a la situación de denuncia, a través de talleres y seminarios (charlas). "En A Coruña hemos hecho un esfuerzo grande con un taller de más de 600 alumnos para trabajar el control de la ira y los impulsos y ha tenido muy buena acogida en centros escolares a través de ANPAS". La segunda área de intervención pivota en los casos derivados por alguna entidad o asociación. "Escuchamos a las familias para hacer una primera valoración. Luego surgen nuevas entrevistas para hacernos una idea de cuáles son los factores desencadenantes de la problemática y proponemos objetivos a trabajar". Se trata de un programa gratuito.