Éric Dopazo ha tardado casi un año y medio en conseguir que se le expidiera un DNI que refleje su identidad, y esto es solo parte de un largo y tedioso periplo que este ourensano de 24 años recorre desde que era pequeño. "Nada, por otra parte, que no sufra cualquier persona transexual de este país", añade. Desde el pasado miércoles 17 tiene el documento oficial que lo identifica como quien es: Éric, varón, nacido el 18 de julio de 1993.

"Me siento aliviado porque lo mínimo es tener un carné de identidad. Cuando reclamamos nuestros derechos, no privilegios, nos encontramos con la violencia institucional", asegura este miembro de la Asociación de Familias y Menores Trans Arelas.

La violencia institucional a la que se refiere comienza, asegura, en la misma Sanidad, que sigue considerando la diversidad sexual como una enfermedad. "Aún nos intentan hacer creer que estamos encerrados en cuerpos que no son nuestros. El personal sanitario no está formado y lo que intenta es obligarnos a cambiar nuestro cuerpo por esa creencia de que estamos en un cuerpo equivocado y esto no es siempre es así. Hay tantos transexuales como personas, y operarte o no no define tu género", explica.

Este es el caso de Dopazo, que para conseguir su DNI tuvo que alegar que no podía hormonarse, requisito mínimo para poder obtener el cambio de identidad. "La ley de 2014 fue un avance en su momento, pero sigue siendo discriminatoria, ya que te obliga a cambiar de aspecto para que se te reconozca tu identidad. Eso es como si a una mujer a quien le han extirpado los pechos por un cáncer ya no se le considerara legalmente una mujer hasta que se los reconstruyera o como si para ser legalmente reconocido como un hombre tuvieras que llevar barba", dice.

Dopazo denuncia también el desamparo de los menores de edad, que a menudo se enfrentan a todo tipo de opiniones y comentarios por parte del personal de Justicia: "Es bastante ilógico que en Galicia siga sin existir una ley de identidad de género que ni siquiera ampare a los menores de edad". En este sentido, añade que en Arelas hay tres menores que llevan esperando también más de año y medio para que se les reconozca oficialmente su identidad debido a la susceptibilidad de los fiscales y jueces ante la falta de una ley integral de identidad de género.