"Si reflexionamos a fondo sobre los problemas que tiene España, el informe Pisa -que, por cierto, hace una organización económica como es la OCDE- solo habla del nivel de Matemáticas; no del nivel de ética ni de valores humanos. Y el problema no es de Matemáticas. A la gente que ha hundido España en la miseria con la corrupción, preparación técnica no les faltaba. Todos eran doctores, licenciados, másteres... La ética y los valores son los que se han perdido", profundizó ayer el escritor Joan Antoni Melé en el Club FARO. El banquero, promotor de la banca ética, desgranó posibles salidas a la situación actual durante su conferencia "¿Qué futuro queremos crear? La educación es la clave", presentado por el coordinador de la ONG Entreculturas en Galicia y Asturias, José Luis Barreiro.

¿Qué tipo de educación necesitamos en esta época para crear una sociedad sana y sin conflictos que pueda resolver estos problemas? Para Melé, uno de los primeros errores se sitúa en los Planes de educación que continuamente reforman los gobiernos con cada cambio político: "Los políticos no tienen que hacer planes de educación, sino los formadores y expertos en docencia", atajó, al tiempo que criticó que sacar las Humanidades de la enseñanza, "deshumaniza la sociedad". En cuanto a los mensajes que se dan a los alumnos, el banquero criticó que "a los niños se les dice que estudien para tener un trabajo que les de dinero y así ganarse la vida". Ese consejo, excesivamente consumista para el conferenciante -"hemos caído en la trampa de la vida fácil", sentenció- está obsoleto. Se referiría más tarde el ponente a que "hemos creado una sociedad que educa para ganar para luego consumir y consumir; una moda de Sillicon Valley, desde donde ahora se promociona el poshumanismo: que la inteligencia artificial decida por el ser humano".

Para Melé, quizás más adecuado fuese el mensaje de que "tienes que estudiar para ser un hombre útil y de provecho a la sociedad". Según el escritor, "necesitamos recuperar modelos de bondad", entendiéndolos como "proactividad" y "compromiso". Y, señalando a Platón, defendió la búsqueda de la verdad, la belleza y la bondad. Se refería así a una duda que le asalta cuando alguien le dice que su hijo es 'inteligentísimo': "Creo que la gente inteligente no se está ocupando de solventar los problemas del mundo", aseveró, para luego indicar que "tenemos la ley moral de hacer todo lo posible para que los demás estén bien".

Yendo por etapas educativas, Joan Antoni Melé cree que a los 4 o 5 años hay un exceso de conocimientos en la educación que se da a los pequeños. "¿Por qué estamos acelerando la educación, para competir?", preguntó al público. Tuvo un momento de memoria personal, al reconocer que un profesor a los 16 años le cambió la vida, por lo que recomendó apoyar a los jóvenes, pero también ponerles dificultades para que aprendan a superarlas. "No es una época de competir, sino de cooperar; hay que salir de la zona de confort", aconsejó.

Analizando la situación general, Melé indica que los conflictos que estamos viviendo tienen repercusión a tres niveles: individual, (con personas en crisis personal, desánimo, depresiones...) Incluso suicidio, que en este momento es la primera causa de muerte no accidental entre jóvenes en los países ricos, argumentó. "El primer motivo de baja laboral en Europa es la depresión o la angustia", ejemplificó. En un segundo nivel, en cuanto a relaciones sociales y económicas, apuntó a la "agresividad", incluso entre niños de siete u ocho años. Y en un tercer nivel, problemas con el planeta. "No solo es que haya un cambio climático, sino que estamos destruyendo la Tierra", advirtió. Como ejemplo, el escritor aseguró que en China ya pagan "a precio de oro" un bote de "aire puro", para poder contrarrestar la contaminación ambiental de las grandes ciudades. ¿Por qué ocurre esto si nunca antes hemos tenido tantos recursos". Para Melé, "sobra dinero y conocimientos científicos, pero cada vez tenemos más problemas".

"Todo esto nos tiene que llevar a una reflexión; hay que ir al fondo de la cuestión: tenemos muchísima corrupción a nivel político, nivel financiero y empresarial. Pero también a nivel ciudadano". "La pregunta que nos debemos hacer es cómo estamos educando a los niños para que resuelvan esta problemática. Educar es preparar para que puedan seres humanos correctos y creativos", concluyó.