Antes de dar a conocer la decisión definitiva, la Fundación publicó una lista de doce palabras finalistas en la que figuraban otros términos de nueva creación, como turismofobia, que alude al rechazo al turismo masificado; uberización, con la que se denomina un cierto tipo de actividad económica basada en plataformas colaborativas, o machoexplicación, la costumbre de algunos hombres de dirigirse a las mujeres de forma condescendiente.

Además, se incluían otras que traducen o adaptan voces extranjeras ( aprendibilidad frente a learnability, noticias falsas por fake news o la adaptación a la ortografía española bitcóin) y algunas más que, no siendo nuevas, han asumido otros usos o sentidos; es el caso de odiador y soñadores, alternativas a hater y dreamers. Completaban la lista trans, como acortamiento válido de transexual o transgénero; destripe, como alternativa a spoiler, y superbacteria.