La lotera Irene Otero Mosquera ya había apagado la pantalla de televisión, dando la suerte por esquiva con su administración, número 21 -que lleva solo un año en Cánovas del Castillo, en la zona de A Laxe- cuando una llamada la puso en alerta. Un cuarto premio, el 13378, allí vendido, repartía con diez décimos un total de 200.000 euros. Además, su local era el único que había vendido esa numeración en Galicia.

"¡Sí, sí... sabía que este sitio iba a traernos suerte!", exclamaba nerviosa y emocionada la mujer, después de más de una década en el sector. "Es muy buena noticia aunque solo sean diez décimos repartidos, porque el local es nuevo y queríamos estrenarnos con un premio grande", alegó. Enseguida lo celebraba con los clientes y junto a un pequeño enjambre de periodistas, micros y cámaras. La ocasión mereció un simpático brindis con una botella de cava.

La lotera confirmaba que el premio se había quedado entre vecinos de Vigo. "Hay un grupo de tres o cuatro personas que llevan siempre ese número, pero no se conocen entre ellos", aseguraba Irene Otero, "ese número se juega en esta administración y los que lo llevan, apuestan por él en Navidad, para Reyes... y siempre". En esta ocasión, ninguno de los agraciados acudió a celebrarlo en la administración, tal y como confirmaba Otero a última hora de la tarde a FARO. Aún así, la mujer se mostraba ufana: "Siento ahora la satisfacción de dar un premio grande; es para lo que estamos en esto y hasta que lo consigues, es como si no te realizaras", aseguró ante las cámaras.

A mayores, el cuarto premio 13.378 ha sido despachado también en Córdoba y Castellón. Cada poseedor de un décimo recibirá 20.000 euros.

Pero no fue el único gran premio que salió ayer de una administración de Vigo. El número 18.065, uno de los quintos premios de la Lotería de Navidad y el que primero salió del bombo, también ha sido vendido la ciudad. Concretamente, en la calle Camelias, que se estrenaba en el reparto de un gran premio. De hecho, es el mismo número que repartió suerte en el municipio lucense de Lourenzá.

Pues bien, desde la administración viguesa que regenta Rafael Acea Lorenzo vendieron 18 series íntegras de este número al bar "Lo que queda del día," ubicado en Salvaterra de Miño. El total en premios lo que se fue para ese establecimiento es de 1,080.000 euros. Es decir, 6.000 euros a cada décimo.

La suerte llegó por partida doble a una administración del Centro Comercial Gran Vía y a un bar de la avenida Castrelos. Ambos establecimientos repartieron dos quintos premios diferentes: el 00580 y el 22253. Y en los dos, con boletos expedidos por la terminal.

El caso de Samuel Posada es especialmente significativo. Tras quedarse en paro a raíz de una lesión de espalda, este joven de 27 años tomó las riendas de una administración hace poco más de un año. Para él era su segundo Sorteo de Navidad y ayer todavía le costaba asimilar lo ocurrido. "Estoy muy contento porque esto es lo que quiere cualquier vendedor", aseguró sin dejar el cartel que le había entregado un empleado de Loterías del Estado. Y todavía no conocía que minutos después recibiría otro distinto.

La historia se repitió en Castrelos. Los mismos números que habían dibujado una sonrisa en la cara de Samuel hicieron lo propio en la de Amelia Losada, propietaria del bar Pereiró. "Es el primer premio que damos en el sorteo de Navidad", reconoció la dueña de local de la calle Castrelos, tras regentarlo más de 40 años. Un rato después tuvo que sacar el champán de la nevera para brindar con los clientes que había en la cafetería y de forma especial, con su único nieto, Karim. "Solo ha venido uno de los agraciados y lo hemos celebrado como se merece", aseguró por la tarde. En ambos casos los boletos fueron sellados en la terminal, por lo que desconocían el número total de premiados.

Debutantes

La alegría también llego a Porta do Sol y Lorient, dos comercios que se estrenaron en el Sorteo de Navidad después de varios años intentándolo. Juan Fernández y Pilar Carballeira, sus dueños, no podían ocultar su satisfacción por repartir un poco de suerte entre sus clientes. "Después de siete años ya era hora de que tocase. Estoy muy contento y espero que sea el primero de muchos", anotó el gerente de "Dulces y Caprichitos", una tienda de comestibles de la zona cero de la ciudad. Pese a entregar otros premios en diferentes sorteos, en del 22 de diciembre es especial. "El de hoy -por ayer- hace más ilusión", apuntó mientras esperaba a que acabase el sorteo. "Igual tenéis que venir por aquí dentro de una hora para celebrar el Gordo", bromeó Fernández ante sus clientes. Las felicitaciones se multiplicaron en su comercio. "Ya le tocaba, que es muy trabajador", comentó uno de sus compradores.

El mismo número, el 58.808, repartió varios miles de euros en una tienda de la calle Lorient, junto al estadio de Balaídos. Su propietaria puso a enfriar el champán cuando comprobó que uno de los décimos agraciados había sido sellado en su local. "Lo tengo ahí esperando a que venga el afortunado, y si prefiere mantener el anonimato pues me lo tomaré yo", comentó Carballeira. También es su primer premio en el sorteo de Navidad. "Empezamos a vender más boletos cuando la gente le perdió el miedo a la máquina. Cada año sellamos más y esperemos que este premio sirva de impulso", apuntó la gerente.

El hecho de que cada vez se expidan más boletos a través de la terminal dificulta localizar a los agraciados. "Puede ser cualquiera, desde un cliente de toda la vida hasta alguien que pasa por aquí por primera vez y entre en la administración de casualidad", explicó Fernández, que finalmente no dio ningún premio más. "Estoy igualmente contento y con ganas de que llegue el Sorteo Extraordinario de El Niño", concluyó.

Otro quinto premio, en este caso el 22.253, dejó dos décimos premiados en la administración del Alcampo de Coia, que el año pasado también repartió el mismo galardón. "Iba pasando el tiempo y ya no contábamos con tener suerte, pero al final nos sonrió la fortuna", apuntó Julia, una de las empleadas. En su caso, el nerviosismo era palpable desde primera hora de la mañana. "Te levantas con un cosquilleo diferente porque sabes que es un día especial. Nosotros llevamos repartiendo suerte dos años seguidos y esperamos continuar con la racha varios más", comentó la lotera, que se lamentaba de la "poca fortuna" de la ciudad. "Muchos pensaban que con el tema de los incendios caería aquí el Gordo pero nada", lamentó.

Otro de los quintos premios, concretamente el 22253 también dejó 30.000 euros en el estanco de la carretera de Valladares de Carmen Abalde Comesaña, que se estrenó con un premio de Navidad tras más de cuarenta años trabajando. Aunque ayer por la tarde aún ninguno de los afortunados con alguno de los 5 décimos había hecho acto de presencia, la lotera se mostraba afortunada. "Estoy contenta aunque no sé si hay cinco premiados o los cinco décimos son de la misma persona", explicaba ya que los números también habían sido expedidos por terminal.