El abogado y urbanista Albert Cortina aseguró ayer en el CLUB FARO que, "para afrontar la sociedad tecnológica, las personas igual nos tenemos que hacer más técnicas pero también más humanas". Su conferencia, bajo el título "Transhumanismo: ¿la abolición del ser humano?", fue presentada por Ángel Guerra, doctor en Biología y presidente de la Asociación Galega de Bioética.

Cortina -que ha escrito y coescrito libros como "Humanismo avanzado para una sociedad biotecnológica", "¿Humanos o posthumanos?", y "Singulares", entre otros- añadió que "se dice que el transhumanismo va a cambiar la condición humana. Ese nuevo orden mundial lo que realmente va a cambiar respecto a otras épocas es en lo que vamos a convertirnos".

Para el conferenciante, "uno de los riesgos de la modificación tecnológica de la condición humana es perder esta condición". Señaló que se pretende cambiarla a través de las tecnologías. A lo largo de su charla, planteó a los asistentes múltiples cuestiones con el fin de levantar un debate propio e interpersonal. Algunos ejemplos de las interpelaciones fueron: ¿quién está visionando y construyendo hoy el futuro? ¿Y desde qué principios y valores éticos?

Dejó claro desde un primer momento que no pretendía "asustar sobre el futuro de la sociedad biotecnológica". Su conclusión fue que "lo vamos a hacer bien, vamos a tener capacidad de discernimiento ante los cambios". No obstante, también se mostró crítico como cuando puso en duda la teoría de que la tecnología nos va a salvar de todos nuestros problemas.

En su conferencia, también dedicó parte de su concurso a la futura relación que habrá entre humanos y máquinas, concretamente, los robots. Desde su punto de vista, estamos en sociedades libres y plurales y vamos a tener que dialogar, con la maquinaria con inteligencia artificial " y, en nuestra libertad, habrá que tomar decisiones", añadió. De ahí que, finalmente, surjan "dilemas tecnoéticos importantes" como la posibilidad de que el humano se supere en sus capacidades y posibilidades actuales convirtiéndose en un transhumano o posthumano. Al respecto, preguntó: "¿Nos conviene hacer eso?"

"Los jóvenes se preguntan si hay que competir con la inteligencia artificial, robots. Igual tenemos que colaborar con ellos. El transhumanismo dice que hay que hibridarnos", convertirnos en humanos con una parte interna tecnológica, señaló. En ese caso, para Cortina habría que pensar si debemos hacerlo y si sería necesario establecer límites.

Respecto a ese punto, recordó que una corriente de pensadores señaló que habría que "frenar el cambio, regularlo y controlarlo". Otra corriente de pensamiento se muestra más escéptica y dubitativa de que realmente acabe sucediendo. Un tercer grupo de pensadores lo conformarían los tecnoprogresistas, que defienden que el cambio "llegará de todas formas" como una cuarta revolución industrial. La cuarta visión la facilitan los transhumanistas, los que se declaran "entusiastas" de la tecnología por lo que consideran que hay que acelerar la convergencia entre las tecnologías emergentes porque "nos va a hacer más felices o más longevos".

"Esta tecnología que viene va a tener un impacto en el ser humano, lo va a marcar. Habría que preguntarnos qué nos hace humanos. En pleno siglo XXI, nos volvemos a plantear qué es un ser humano", añadió. También agregó que deberíamos pensar dónde están los límites y qué habría que cambiar o no.

"Es cierto que la tecnología siempre nos ha cambiado a los humanos pero lo que se nos plantea es un salto. Hay que estar atentos porque un riesgo de la modificación de la condición humana es que la podamos perder. Ahí no nos la queremos jugar. No digo que vaya a pasar pero hay que estar atentos a esta ideología", apuntó.

Reconoció que el futuro emerge "volátil", como si se escapara. En los jóvenes, detectas que ese futuro se percibe "oscuro".

Para él, lo que ha llegado a ser el ser humano, incluido con la declaración de los derechos del hombre "se rompe ahora por una ideología del siglo XXI. Para algunos, es una utopía porque va a romper las barreras de la biología a favor de la tecnología implementada en el ser humano. la peor película de ciencia ficción que podamos ver".

Precisamente, al referirse a las ideologías de la hipermodernidad enumeró el relativismo cultural, el hiperindividualismo, emotivismo, así como las teorías cyborg?El transhumanismo no acepta las ideologías tradicionales y pretende que la especie humana se transforme radicalmente".