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Exconsejero de Educación de Cataluña y profesor universitario

Joan Manuel del Pozo: "En Cataluña hay quien intenta adoctrinar de un lado, pero también del contrario"

"No debemos perseguir a la persona que diga la barbaridad de que las niñas solo pueden estar con las niñas, y los niños, con los niños", asegura

Joan Manuel del Pozo. / Mara Villamuza

Joan Manuel del Pozo (La Roda de Andalucía, Sevilla, 1948) nos atiende durante un receso de la jornada "Retos y oportunidades en la construcción de una ciudad educadora", que se celebró ayer en Avilés. Del Pozo fue diputado socialista por la provincia de Gerona durante más de catorce años, concejal de Educación en la capital catalana y, durante un año, consejero de Educación en la época en que Pasqual Maragall presidió la Generalitat catalana.

-¿Qué papel tienen las ciudades cuando se meten en un campo como la educación?

-Las ciudades tienen en la ley un papel educativo limitado, lo cual yo creo que no es bueno porque, sin duda, educar es un acto muy complejo. La proximidad de los responsables en la educación favorece mucho el desarrollo del proceso. La lejanía, si no lo perjudica, al menos no lo favorece. Sería deseable, por tanto, que hubiera una evolución legislativa para mayor responsabilidad de las ciudades en el terreno educativo escolar. Pese a esto, no hay que olvidar que, aparte de lo escolar, la educación fluye por todas partes: todos somos educadores, aunque no lo sepamos, ni tengamos título que lo acredite. Un futbolista, cuando juega al fútbol limpiamente, educa; de forma bruta, deseduca. Lo mismo podríamos decir de un músico, de un tendero y no digamos nada de entidades de tipo social, empresarial... Cada organización humana genera unos valores que, si actúan positivamente, educan y, si no, deseducan.

-Las competencias de las ciudades se limitan casi a arreglar los colegios.

-Como le decía, las competencias son limitadísimas. Son importantes porque, desde luego, está bien que los colegios se mantengan limpios y en buen funcionamiento, pero también, los municipios, en este apartado, tienen poco peso. Ciudades Educadoras lo que dice es que hay que educar incluso más allá de la escuela, pero siempre contando con ella, pero también con el resto de la ciudad.

-¿Las competencias educativas tendrían que ser cosa solamente del Gobierno de España?

-Uno de los principios que inspira la Unión Europea es el llamado, con una palabra un poco rara, de subsidiaridad. Este principio, si se explica, quiere decir, simplemente, que cuanto más se pueda, más cerca deben tomarse las decisiones. Por ejemplo, sería absurdo que los ayuntamientos tuvieran competencias en Defensa: los ataques pueden ser de una punta a otra del mundo y esa realidad obliga a hacer defensas transnacionales. Sin embargo, una cosa es la defensa y otra distinta la educación; una cosa son las relaciones exteriores y otra la salud... Cada aspecto de la vida ciudadana tiene elementos regulatorios que se toman más lejos o más cerca. En la educación, por lo que tiene de humano y social, cuanto más cerca se tomen las decisiones, mejor. Hay, sin embargo, quienes dicen que habría que explicar programas más o menos homogéneos. Eso se puede pactar, pactar que haya programas que se compartan en todo el norte de España.

-Sin embargo, esto que cuenta no siempre se produce, ¿no?

-No porque la decisión educativa se tome cerca es sectaria o territorializada. Si soy responsable de mi Ayuntamiento puedo comprender que haya que conocer los ríos de mi ciudad, de mi provincia o de toda Europa.

-¿El sistema educativo catalán adoctrina?

-Esta afirmación tiene una verosimilitud baja. Por lo que yo conozco, y lo conozco bastante bien, en Cataluña hay quien intenta adoctrinar de un lado, pero también diré que hay quien intenta adoctrinar en sentido contrario. La educación en Cataluña, y en el conjunto de España, se rige por principios pedagógicos que, en términos muy generales, podríamos decir que son fieles a la idea del pensamiento crítico, es decir, a la idea según la cual los niños y las niñas deben formarse en la capacidad de analizar con sentido valorativo y con capacidad de diálogo las cosas que se les enseñan.

-¿Es factible la segregación por sexos de los escolares?

-Parece que la educación mixta es mejor en términos generales por una razón elemental: porque la vida es mixta y la educación es para la vida. Ahora bien, no hay que hacer de la segregación por sexos en los colegios una cuestión de vida o muerte. Probablemente, hay escuelas en las que la separación de sexos no es perjudicial, pero lo más seguro es que donde hay mezcla, la educación es mejor. Sin embargo, no debemos perseguir a la persona que diga la barbaridad de que las niñas sólo pueden estar con las niñas, y los niños, con los niños. Es una opinión respetable. Sin embargo, si el cuerpo legislativo aprueba una ley en que esto se modifica, pues hay que acatarlo. Lo que tiene que hacer el legislador es pensar finamente hasta dónde llega esa capacidad de decisión arbitraria en nombre de la libertad.

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