Desde ayer, España suma un total de once joyas de su patrimonio documental en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Las últimas tres incorporaciones españolas son el Códice Calixtino de la Catedral de Santiago y sus copias medievales; el Archivo General de Simancas y el archivo de Ramón y Cajal.

Su inclusión se debe a que forman parte de "los testimonios documentales más importantes de la historia de la humanidad", según destacaba ayer el Ministerio de cultura. El organismo público señalaba también que, con esta inscripción, "se busca asegurar su conservación y lograr su accesibilidad universal y permanente". "Su pérdida sería irreparable, por lo que deben ser conservados para las generaciones venideras", añade.

En el caso del Códice Calixtino, su inclusión se debe a que este códice está considerado la primera guía turística de la historia y del Camino de Santiago, fechada entre 1160 y 1170. Destaca por sus ilustraciones y miniaturas con colores vivos y pan de oro, con letras y dibujos sobre pergamino.

La candidatura presentaba no solo el códice que salvaguarda la Catedral de Santiago sino también las otras copias medievales de España y Portugal. Estas últimas fueron elaboradas entre los siglos XII y XVI, pero, hasta el momento, la compostelana es la más antigua y completa.

Hasta ahora, las copias medievales hispano-lusas se ubican en la Biblioteca Nacional de Madrid, en la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca; en el Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona, y en la Biblioteca Nacional de Lisboa.

Antes de entrar en detalle, hay que recordar que el Códice Calixtino, o también conocido como Liber Sancti Jacobi, el Libro de Santiago, que se encuentra en Compostela es, a su vez, una copia riquísima de un primer libro original que se encuentra perdido.

La candidatura para proteger el Calixtino partió de la Xunta de Galicia que lo propuso en el Consejo Jacobeo, un órgano que trata los asuntos sobre el Camino de Santiago y del que forman parte máximos responsables administrativos de las autonomías por las que transcurre la vía.

En un momento dado, se decidió ampliar la candidatura a las copias medievales, a iniciativa de la subdirección general de los Archivos Estatales del Ministerio de Educación. De ahí, que la candidatura global haya dispuesto del apoyo del Gobierno de España pero también del de Portugal.

Los documentos españoles que forman parte de la Memoria del Mundo -además del Códice Calixtino, el Archivo de Simancas y el de Ramón y Cajal- son las Capitulaciones de Santa Fe, el Tratado de Tordesillas, la obra de Fray Bernardino de Sahagún, el Llibre del Sindicat Remença, los "Decreta" de León de 1188, los textos de los Comentarios al Libro del Apocalipsis (Beato de Liébana) de la tradición ibérica, los materiales relativos a la misión Keicho a Europa (Japón y España) y los vocabularios de lenguas indígenas del Nuevo Mundo traducidos al español.

Evitar su destrucción

El Registro Memoria del Mundo fue establecido en 1992 para preservar el patrimonio documental internacional que, en los últimos siglos, se ha enfrentado a comercial ilegal, destrucción o inadecuada conservación. En la mente de todos, aún figura el robo del Códice Calixtino en el año 2011 a cargo de uno de los electricistas de la Catedral de Santiago.