Minerales localizados en depósitos sedimentarios estratificados en Marte podrían algún día ser utilizados como fertilizante para cultivos en crecimiento.

Los depósitos sedimentarios en capas dentro de los cañones gigantes de Marte han desconcertado a los científicos durante décadas. Estos depósitos de tonos claros tienen finas estratificaciones horizontales que son diferentes de la roca circundante resistente en Valles Marineris, como se aprecia en esta imagen del Mars Reconnaisance Orbiter (MRO) de la NASA.

Varias ideas sobre el origen de los sedimentos estratificados han sugerido sedimentos de lagos, polvo y arena arrastrados por el viento, o materiales volcánicos que estallaron después de que se formó el cañón, y posiblemente llenos de agua.

Un depósito en capas particular, llamado Ceti Mensa, llamó la atención debido a su color rojo intenso en las imágenes recopiladas por la misión Viking Orbiter durante la década de 1970. Situado en el oeste de Candor Chasma, al norte de Valles Marineris, Ceti Mensa es una meseta ondulada que se eleva tres kilómetros sobre el suelo del cañón y está delimitada por escarpadas escarpas de hasta 1,5 kilómetros de altura.

Los tonos rojos intensos se encuentran en la escarpa orientada al oeste en particular. El tinte rojo puede deberse a la presencia de óxido férrico cristalino, lo que sugiere que el material pudo haber estado expuesto al calor o al agua, o ambos.

Las mediciones espectrales de los instrumentos Mars Express OMEGA y MRO CRISM confirman la presencia de sales de sulfato hidratado, como el yeso y la kieserita. Estos minerales son importantes por dos razones. En la Tierra, típicamente se forman en ambientes húmedos, lo que sugiere que los depósitos en Ceti Mensa pueden haberse formado debajo del agua. En Marte, estos depósitos podrían ser valiosos para los futuros colonos marcianos como fertilizante para cultivos en crecimiento.

Por otro lado, un equipo internacional de investigadores ha descubierto que Júpiter, el mayor planeta del Sistema Solar, también tiene auroras australes (sur) y que estas, contra todo pronóstico, actúan independientemente de las del norte (boreales).

El hallazgo, en el que ha participado Raquel Caro-Carretero, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI) de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, se publicó ayer en "Nature Astronomy".

Las auroras son fenómenos planetarios que tienen lugar cuando el viento de partículas energéticas de una estrella choca con el campo magnético de un planeta (magnetosfera).