De momento, las pinturas al carbón dela Cova de Eirós en Lugo "son las únicas evidencias de arte paleolítico rupestre en cueva en Galicia", defiende el arquitecto Arturo de Lombera.

En Eirós, se pueden ver hasta 100 motivos antrópicos, es decir, que son producto de la actividad humana. De esa cifra, la mayoría fueron ejecutados en el Paleolítico. entre ellos, se pueden ver caballos, un bóvido (vaca o similar) lleno de líneas o signos de carácter abstractos como líneas paralelas que conforman frisos.

Las pinturas se encuentran a 20 metros de la entrada de la cueva. La galería principal, poco a poco, se va estrechando para desembocar en una "gran sala" donde se puede estar de pie. "Ahí es donde se concentran la mayor parte de los motivos y paneles de Eirós", apunta Lombera.

Los expertos que han trabajado en las excavaciones en esta caverna consideran que, durante un largo periodo de tiempo, su interior funcionó como una especie de santuario para las primigenias comunidades de cazadores-recolectores.