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Un ladrón esquivo y pertinaz

La Unidad del Dolor del Hospital Meixoeiro de Vigo atendió el pasado año a más de 12.000 crónicos

Cati Iglesias, en la playa.

Desde hace cinco años, no sabe que es un día sin dolor, pero ha aprendido a convivir con él y a "meterlo en el bote", afirma, aunque este no siempre se deja encerrar. Ella lo llama "ladrón de sueños", porque es tan pertinaz y tan ingobernable que a veces le roba hasta las ganas de vivir, confiesa. Sin embargo, siempre consigue sobreponerse. Hasta el siguiente ataque agudo. Marta Catarina Iglesias, más conocida por sus familiares y amigos como Cati, es una de las pacientes de la Unidad del Dolor del Hospital Meixoeiro de Vigo y la protagonista de una de las cuarenta historias que la Sociedad Española del Dolor (SED) ha seleccionado para el libro de relatos que publicará en breve.

En "El ladrón de sueños", Cati relata su experiencia con el dolor, mientras que la enfermera Chus Goberna refleja la suya como profesional esta unidad. "Chus es quien lleva el mando. La persona que está luchando conmigo contra el dolor. Por eso, cuando me propuso escribir el relato le dije que sí", explica esta vecina de Pazos de Borbén, que el domingo dio la espalda al dolor para plantarle cada al fuego. "No sé de dónde saqué las fuerzas, pero no estaba dispuesta a que el dolor que robara también mi casa. Fue el peor día de mi vida", asegura esta vecina de Pazos de Borbén.

Cati tenía 19 años cuando sufrió una trombosis abdominal, de la que, aparentemente se recuperó. Hasta hace cinco años, cuando el dolor abdominal comenzó a manifestarse. Primero de forma leve; y después cada vez de forma más fuerte y continua. Desde hace dos años, es una de las pacientes de la Unidad del Dolor, por la que el pasado año pasaron 12.017 personas con dolor crónico. "El dolor fue apareciendo poco a poco. Ahora no sé qué es el dolor 0. En mis momentos buenos es de una intensidad de 4 sobre 10. Y luego tengo picos de 9", se lamenta.

Lo primero que le arrebató el dolor crónico fue su trabajo. Era encargada de un supermercado. "El dolor amenaza con quitártelo todo: trabajo, pareja, familia, amigos... porque cuando estás mal con quienes lo pagas es con la gente que tienes más cerca. Yo, afortunadamente, tengo un marido maravilloso, y una familia y unos amigos también extraordinarios, que me comprenden y me ayudan, pero para ellos es muy duro también verme sufrir. En la unidad no solo me tratan; también me han enseñado a meter el dolor en un bote para atender a quienes quiero, aunque no siempre es posible", reconoce.

Este verano, le dio una tregua. Apenas un mes en el que Cati vio la luz al final del túnel. "Creí que se había acabado, al menos el dolor más intenso", dice. Aprovechó ese paréntesis para ir a clases de baile. "Era mi momento. Estaba deseando que llegara el viernes para ir", recuerda. Sin embargo, un mes después, reapareció y tuvo que abandonarlas.

La morfina es su compañera de viaje, aunque solo sea para hacer tolerable el sufrimiento. Cuando aparece el fuerte, tiene que encamarse. En sus peores episodios ha estado dos días en cama, con crisis continuas. En estos momentos en los que el dolor es tan insoportable, reconoce que la muerte le parece liberadora. "Yo he hablado de este tema con mis padres y con mi marido para que, si algún día pasa algo, no se sientan culpables", asegura.

Cati espera que "El ladrón de sueños" sirva para que otras personas con dolor crónico no se sientan solas, que sepan que hay otras personas que también batallan contra el dolor. "La soledad que sientes a veces es horrible, y eso que yo tengo a mis padres y a Pablo [su marido]", añade.

Su "gladiadora del dolor", como la llama, y la artífice de la idea del relato, Chus Goberna, cuenta a su vez su experiencia como personal sanitario que convive día a día con pacientes con dolor crónico. "Los pequeños avances que logramos son los que nos ayudan a seguir soportando consultas que a veces son tremendamente difíciles de llevar", explica la enfermera con motivo del Día Mundial contra el Dolor celebrado ayer y que la OMS dedicó este año al dolor postoperatorio agudo y crónico.

Chus reconoce que la implicación con estos pacientes es inevitable y que cualquier mejora que experimenten, por minúscula que sea, le hace valorar su trabajo. "Cualquier pasito que demos es un subidón para nosotros", añade.

Según el Ministerio de Sanidad, entre un 15 y un 25% de españoles padece dolor crónico. La mayoría de los casos que se antienden en la unidad del hospital Meixoeiro de Vigo tienen relación con procesos crónicos degenerativos osteoarticulares, entre ellos, las lumbalgias; dolor neuropático, como el producido por el herpes zóster; la neuropatía de pacientes con diabetes; dolores en pacientes oncológicos, y el derivado de intervenciones quirúrgicas que se cronifica.

"Algo que no se comprende del dolor es que puede dejar una 'memoria en nuestro sistema nervioso' y que esta es la causa de que pueda persistir aún en ausencia de un daño aparente", explica Alfonso Carregal, médico de la Unidad del Dolor, pionera en Galicia en la aplicación de forma reglada de la acupuntura, una técnica que, señala, puede aplicarse, explica, en una amplia categoría de dolores y cuya gran ventaja es la baja incidencia de efectos secundarios.

Alfonso Carregal - Unidad del dolor

"El dolor puede dejar una ´memoria´ y hacerlo intratable"

Manuel Arias - Neurólogo

"En ciertos pacientes el manejo del dolor sigue siendo un reto"

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