Aplicaciones, programas en línea, videojuegos, páginas web e incluso servicios de mensajería instantánea como WhatsApp pueden ayudar a superar a niños y adolescentes trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión, fobias y déficit de atención, así como a prevenir casos de acoso escolar. "Médicos y otros profesionales de la salud están cada vez más abiertos al uso de los recursos tecnológicos como complemento o apoyo en la atención a los pacientes", explica Noemí Guillamón, directora del máster de Psicología Infantil y Juvenil, que se empieza a impartir el 18 de octubre en la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).

De hecho, el sistema público de salud utiliza cada vez más las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) para recomendaciones o prescripciones médicas. Un ejemplo es el programa "Darweb" dirigido a niños con dolor abdominal recurrente y a sus padres. Según Guillamón, estos recursos no se limitan a portales o aplicaciones, sino que también incluyen redes sociales. "Hay muchos jóvenes que en medio de una terapia se cohíben, pero que luego tienen más facilidad para explicar cómo se sienten por medio del móvil", concreta.

Los pocos estudios que existen sobre los beneficios de las TIC en estos niños apuntan a que mejoran sus dificultades. "Muestran una disminución de los síntomas clínicos de ansiedad y depresión y una mejora de la conducta, la autoestima y las cogniciones", asegura Montse Martínez, profesora del grado de Psicología y del máster de Psicología Infantil y Juvenil de esa universidad catalana.

Son programas dirigidos a niños con trastornos del desarrollo y programas para la mejora de las emociones y las habilidades sociales. Entre los casos en los que están aplicándose están la ansiedad, la depresión, las dificultades de atención, los problemas de comportamiento en el aula, y la prevención del acoso escolar, del ciberacoso y del suicidio.

María Ferreiro, directora del Instituto del Tratamiento de la Conducta de Vigo, asegura que las TIC están presentes en todos los ámbitos de la vida y que la psicología no es una excepción. "De hecho, estamos notando una expansión notable de estas tecnologías para tratar determinados trastornos, sobre todo fobias, ansiedad, déficit de atención y también para mejorar habilidades sociales como la afectividad, por ejemplo", explica.

Esta especialista asegura que aplicaciones como la realidad virtual y la realidad aumentada han demostrado ser especialmente útiles en casos de fobia social y ansiedad. "Son muy eficaces para estos casos porque creas un medio controlado en el cual los pacientes pueden interactuar en ese mismo momento. Puedes, además, diseñar las situaciones en función de cada paciente", explica.

Sin embargo, matiza, las TIC no pueden sustituir el papel del terapeuta. "Tanto la realidad aumentada como las aplicaciones interactivas están muy bien siempre y cuando formen parte de un tratamiento psicológico combinado, es decir, como complemento de una terapia, pero en ningún caso se pueden utilizar de una forma indiscriminada o autodidacta", advierte. En este sentido, las compara con los libros de autoayuda: "Tú tienes un problema, te compras un libro de autoayuda, puedes mejorar un poquito tu problema pero no lo vas a resolver por leer ese libro ni tampoco por usar esa aplicación".

Donde Ferreiro ve un gran campo es en el de la prevención del acoso escolar. "Te permite denunciar una situación peligrosa o negativa en el anonimato y aquí sí que veo que es muy funcional, útil y eficaz. Ya hay grupos de WhatsApp en colegios para denunciar el acoso de forma anónima. Yo estoy a favor de que esto se implante en todos los centros escolares porque muchas veces no se denuncia por miedo", añade la psicóloga.

María Ferreiro | Piscóloga

"En la prevención del acoso escolar WhatsApp es muy funcional, útil y eficaz"