Al término de la conferencia se abrió un amplio debate, encarnado en las voces de los ponentes y las preguntas del público. Uno de los hilos argumentales de Martí había sido que "los estados desconfían de las entidades municipales; las ciudades son algo sospechoso porque escapan de su poder".

"Los estados son elementos de poder casi piramidales y escapan de las manos del poder", aseguró. "A veces, las autonomías -dijo en alusión a la Xunta- actúan con la misma estructura jerárquica y desconfían del poder de las ciudades". Por el contrario, criticó que "están absorbiendo las energías que crean las ciudades".

Se refería así a un aspecto que ya adelantó en su libro: el Estado necesita de las ciudades, porque es donde se genera la riqueza, donde se construyen los imaginarios del poder y se fabrican los hilos que tejen el pensamiento y la cultura. También el lugar donde habitan sus élites, incluida la burocracia, los altos funcionarios y los actores económicos y financieros. Pero a su vez, las niega como realidades políticas porque quiere conservar el control. Las ciudades, sin embargo, empiezan a pensar que no necesitan al Estado, que en un mundo donde el concepto de soberanía se ejerce por encima de ese Estado, el intermediario sobra.

"Del mismo modo, considero que el sistema de las provincias es caduco y debe ser revisado: se aprueba en 1947, en un contexto que no se parece en nada al actual y que se ha mantenido intacto hasta hoy en día". "Existe una dicotomía entre territorio y sociedad ". Ahí intervino también el diputado y concejal Carlos Font, para traer al debate la situación actual de Pontevedra:. "La revisión tiene que ser pensada desde un punto de vista técnico", alegó Martí.