Estudios recientes han demostrado que algunos de los genes neandertales han contribuido a la inmunidad humana y las enfermedades modernas, pero un nuevo estudio ha revelado que la herencia neandertal ha contribuido a otras características del ser humano, como el tono de la piel, el color del cabello, los patrones de sueño, el estado de ánimo e, incluso, la condición de fumador de una persona. La investigadora Janet Kelso, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, explica que su equipo estaba interesado en explorar las conexiones entre el ADN de Neandertal y rasgos no relacionados con la enfermedad.