La ciencia no ha escapado de la hegemonía masculina. Las investigaciones sanitarias se han centrado en las dolencias y experiencias de los hombres. La salud entorno a la mujer se ha centrado exclusivamente en su aparato reproductor; así es que, en enfermedades comunes, se han aplicado los criterios masculinos por extensión.

Sin embargo, cada vez más se hace patente que el sexo es un factor diferencial que no está suficientemente atendido por la investigación sanitaria y se exige la aplicación de la perspectiva de género a los estudios. En dolencias como las cardiacas ya se ejerce un trato diferencial.

Pero hay muchas enfermedades y síndromes que todavía se encuentran a la espera. La psicóloga sanitaria especialista en Trastornos del Espectro Autista (TEA) Ana Isabel Vila explica que por su gabinete pasan muchos niños con autismo, pero pocas niñas. "La sintomatología de un chico TEA y una chica TEA es completamente distinta y en los manuales diagnósticos solo contemplan la sintomatología de los TEA masculinos; eso hace que haya una proporción de chicos mucho mayor: de cada cuatro chicos hay una chica", señala la experta.

Esto se debe a la falta de investigación de la enfermedad con una visión femenina, pues Vila señala que ya hay investigaciones que demuestran que no existe más incidencia entre los varones, "sino que los criterios están pensados para autismo masculino y muchas chicas no son diagnosticadas nunca o lo hacen en edades muy avanzadas". Comenta además que las que llegan a tener un dictamen presentan, en general, un menor nivel de autismo, pues en estos casos sí que se asemejan los indicios.

Una de las diferencias que destaca entre ambos sexos es la empatía. Los autistas se asocian con una baja capacidad de ponerse en el lugar del otro; sin embargo, las niñas y mujeres que sufren TEA muestran una altísima empatía, por encima de la población en general.

Siendo un rasgo supuestamente definitorio del autismo, la dificultad de diagnóstico en mujeres es muy alta. Vila lamenta que se conviertan en "chicas incomprendidas socialmente" a las que se las considera diferentes pero sin saber que sufren una patología. "Además, esto les impide que puedan beneficiarse de ayudas económicas, que nadie las atienda y que no reciban la adaptación necesaria para relacionarse socialmente", recuerda.

Ana Isabel Vila - Especialista en autismo

"La falta de criterios femeninos provoca que no reciban la adaptación necesaria"