Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Gran Bretaña rinde honores al Royalist vigués

Un buque escuela diseñado por el ingeniero Íñigo Echenique devuelve la hegemonía a los británicos 31 años después en la regata "The Tall Ships Race", la antigua Cutty Sark

El buque escuela, que acaba de ganar la regata de grandes veleros.

Fue recibido con todos los honores en el Támesis y los cadetes de su tripulación, entrevistados como héroes por la BBC. El gran velero Royalist 'bautizado' por el obispo de Londres y la princesa Ana de Inglaterra y con solo dos años de vida en el mar, ya ha logrado un hito en Gran Bretaña: acaba de devolver la hegemonía inglesa en "The Tall Ships Race" nada menos que treinta y un años después de la última victoria en la regata, antes conocida como Cutty Sark.

Pero el nuevo Royalist -de idéntico nombre que el buque escuela precursor, jubilado tras recorrer 200.000 millas- debe su diseño a un ingeniero naval de Vigo, Íñigo Echenique, que ganó el concurso internacional para su construcción junto con el astillero asturiano "Gondán" y que costó en su día cuatro millones de libras.

El diseñador vigués, Echenique, reconoce a FARO que idear el velero "fue un desafío muy interesante". Al tiempo que pone el acento en la emoción de los alumnos náuticos británicos, que competían por primera vez en una regata con el nuevo Royalist, su buque insignia, y lograron la victoria absoluta. También alude al componente social que envuelve a la "Marine Society& SeaCadets", sociedad benéfica que destina desde hace siglos programas de navegación a jóvenes británicos. Tampoco pasa inadvertido el éxito del diseño del buque, uno de los más pequeños de la regata.

"Es muy satisfactorio sobre todo porque el barco haya tenido éxito técnico, sin restar ni un ápice de mérito a los tripulantes. Es emocionante ver lo entusiasmados que están los cadetes a bordo y lo pronto que aprenden las maniobras", destaca.

"La Marine Society& SeaCadets se constituyó tras la fusión de dos sociedades inglesas: la Marine Society, fundada en 1759,y la más antigua que existe relacionada con el mar y la beneficencia en el mundo, y SeaCadets que data de mitad del siglo XIX. Ambas se dedican a acercar al mar a chicos ingleses entre los 12 y los 18 años con programas de navegación", explica. "Desde el punto de vista educativo el proceso que que tienen a bordo es fantástico", añade.

Esa misma entidad sin ánimo de lucro, y cuya patrona es la mismísima reina Isabel de Inglaterra, fue la que convocó el concurso que ganaría el diseño de Íñigo Echenique (Acubens). "Fuimos finalistas con un astillero inglés y un diseñador holandés", reconoce el ingeniero. "Ganamos el concurso y el barco se entregó y fue botado en 2015. La asociación tiene bastante visibilidad en Inglaterra porque es 100% benéfica; hacen una labor excelente con los chicos y además del duque de York, hay varios almirantes de la armada en el Consejo", añade.

Pero el éxito en la prueba deportiva también evidencia el acierto técnico del buque, del que valoraron muchos aspectos de innovación en el concurso. "Es un barco directamente disrruptivo, comparado con cómo se proyectaban hasta ahora los veleros. Tiene aparejo bergantín y 32 metros de eslora, lleva 24 cadetes, ocho tripulantes profesionales y otros dos puestos para alumnos adultos", resume.

"Durante el proceso de diseño se hizo una investigación exhaustiva, con ensayos de túnel de viento y de canal? Tenía unos requerimientos muy exigentes. Siendo un barco de dimensiones reducidas en relación a otros buques escuela, era complicado desde el punto de vista del diseño y de la arquitectura naval. Pedían condiciones poco comunes en veleros de este tamaño, relacionados con las prestaciones y la seguridad", indica.

Con respecto a la competición, a la que concurrieron los principales buques escuela del mundo por el Báltico, el Royalist -uno de los barcos más pequeños de la flota- logró la victoria en su clase y en la general. En dos regatas quedaron primeros y solo en la tercera, segundos. El barco había costado una fracción del valor de muchos de los buques escuela que competían, como el de Omán, de mucho mayor eslora.

Entre las características diferenciales de la regata del Royalist también está que llevó el timón una capitana y que los tripulantes había navegado poco más de una semana en su vida -aunque muy bien entrenados-. "Los han felicitado muy efusivamente y han recibido el barco en Londres con todos los honores", destaca el vigués, que trabaja en otro gran proyecto en Galicia.

Compartir el artículo

stats