La abogada española María José Carrascosa vuelve a España tras pasar ocho años en una prisión estadounidense, acusada de secuestrar a su hija. La valenciana se encuentra en libertad condicional desde 2015, pero no pudo abandonar el país hasta ayer. En una escueta atención a los medios ha declarado querer "ir a casa a dormir y abrazar primero a mi hija". "Estoy muerta. Tengo ya ganas de llegar a casa. Gracias, un abrazo", han sido sus únicas palabras, acompañada de su padre, José y de su representante.
Carrascosa estuvo casada durante cinco años con Peter Innes, de nacionalidad estadounidense, fruto de este matrimonio tuvieron una hija, Victoria.
En 2004 ambos decidieron poner fin a su matrimonio y firmaron un acuerdo, según el cuál ninguno de los dos podía sacar del país a la niña, entonces de 4 años. Un año más tarde la española se llevó a la menor a España, sin el consentimiento de Innes. Ambas partes comenzaron un proceso judicial paralelo en sendos países. Un tribunal español le otorgó la custodia a Carrascosa, pero al mismo tiempo, uno estadounidense se la concedió al padre de la niña.
En 2006, madre e hija regresaron a Estados Unidos y fue entonces cuando se produjo la detención de Carrascosa. La española ingresó en prisión donde, permanecería hasta que devolviera a la niña o completara la condena de catorce años de prisión, acusada de desacato y secuestro. La valenciana se negó a llegar a un acuerdo con se exmarido, a quien acusó de agresión e incluso de tratar de envenenarla.
En 2012 Peter Innes solicitó que la excarcelasen y expidiera su regreso a España, donde se encuentra la hija de ambos, argumentando que "retenerla en prisión no vale para nada" porque está "enferma mentalmente". Finalmente, las autoridades judiciales le concedieron la libertad condicional en abril de 2015 .
A su llegada a Valencia asegura tener unas "ganas increíbles de dar un abrazo a mi hija" y que su idea era volver a España para reunirse con su padres y con su hija antes. Pero los tramites legales pendientes retrasaron el proceso.
