Ni se oyeron profecías apocalípticas, ni se vistieron camisetas creadas 'ad hoc' como en Estados Unidos -donde el eclipse fue total y su seguimiento, masivo-. Aún así, la convocatoria con aficionados llegados de diversos lugares de Galicia para observar el eclipse solar desde Vigo, no falló. La ciudad había sido destacada por astrónomos de la Universidad de Barcelona como el mejor mirador de la Península del fenómeno, por su orientación al oeste. Y la Fundación Ceo, Ciencia e Cultura hizo una observación pública en Samil, con AstroVigo, donde se congregaron centenares de seguidores y donde los científicos se pertrecharon con telescopios, filtros y cámaras. No faltó el ingenio para evitar daños en la vista: la solución de hacer fotos con el móvil y después ver en él las imágenes del eclipse, estuvo bastante extendida. Y las brumas finales sobre el mar no impidieron disfrutar de una curiosa estampa en el horizonte del mar. Eso sí, duró solo media hora.

Fiel a su cita -y puntual a las 20.44 horas- la Luna hizo aparición y su sombra se proyectó sobre el Sol en la ciudad, como si hubiera mordido al astro rey. Poco a poco, hasta la hora de máxima cobertura -aproximadamente las 21.15-, el satélite fue eclipsando al sol. Las brumas sobre el mar, que primero funcionaron como "filtro natural" y posibilitaron que el fenómeno se observase a simple vista, acabaron por ocultarlo después. En Vigo el eclipse parcial de sol produjo un oscurecimiento del 14%, que fue breve, pero se dejó ver también en otros puntos de las Rías Baixas.

Un eclipse de sol es un fenómeno astronómico que se produce cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol. A diferencia del de Luna, que puede verse desde cualquier punto de la Tierra, los de Sol solo se ven en unas franjas concretas que se corresponden con el cono de sombra -o de antisombra- que provoca la Luna sobre la superficie terrestre.

VÍDEO | Así se vivió el eclipse en Vigo. // José Lores, Ricardo Grobas, Marta Clavero

Pero no solo desde las playas y montes de Vigo se observó el fenómeno tan esperado. En realidad, eran idóneos cualquier emplazamiento alto y despejado. A Madroa, Cabo Estai y Cabo Home, sirvieron también como miradores. Sanxenxo, Panxón... diversos puntos de la costa congregaron a múltiples observadores, así como el occidente de Galicia.

El presidente de la Fundación Ceo, Enrique Alonso, destacó la participación y las preguntas que plantearon los asistentes. Entre ellos y llegado desde Madrid de vacaciones con su familia, Ezequiel Blanco, que ya observó un eclipse solar anterior en España hace más de dos décadas. "Se ha visto muy bien, pero solo el 14%; es como un bocado al sol", aclaró. También acudió a Vigo también Francisco Martínez, miembro de la Asociación astronómica Rías Baixas, que destacó "un fenómeno bonito para ver y único", junto a Noela Rivas. Pero la atracción que ejercen este tipo de hitos astronómicos no se queda ahí: una decena de miembros de la Asociación Ío de A Coruña viajaron hasta EE UU para poder disfrutar del acontecimiento como eclipse total.

La astrofísica de la Universidad de Vigo, Ana Ulla, explicó a FARO que el fenómeno es un campo interesantísimo para los físicos solares: "Un eclipse es una ocultación de otro cuerpo; la Luna en este caso, en la línea de visión desde la Tierra. Cuando hay una ocultación del disco solar tenemos la oportunidad de ver fenómenos que de otro modo no podríamos ver. Si es un eclipse total [como se ha visto en EE UU] en el que solo queda la corona, la fotosfera o las fulguraciones, es interesantísimo observar cosas que de otro modo se estudian con satélites especiales o grandes telescopios solares, como en Canarias".

El eclipse total de ayer comenzó en el norte del océano Pacífico para atravesar Estados Unidos de cosa a costa, y finalizar en Cabo Verde. Allí millones de estadounidenses equipados con lentes protectoras tomaron posiciones en una franja que cruza diagonalmente el país para maravillarse con el primer eclipse total de sol que se verá de costa a costa en casi un siglo. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su familia y parte de su equipo de Gobierno lo observaron desde la Casa Blanca, aunque el mandatario miró el fenómeno sin las gafas de protección en varias ocasiones.

Habrá que esperar a 2026 para que otro eclipse de estas características pueda verse desde España. Quién sabe si, de nuevo, Vigo estará dentro de sus "coordenadas".