Darío Villanueva Prieto (Villalba, 1950) ocupó en 2007 el sillón D de la Real Academia Española, puesto vacante tras el fallecimiento de Alonso Zamora Vicente un año antes. En 2009 comenzó a ejercer como secretario de la institución, y en 2014 se convirtió en su trigésimo director. Pero el verano de su vida fue anterior a todo este trabajo.

Villanueva destaca 1987, como un año "completamente diferente a cualquier otro, antes o después". Había sido elegido decano en la Facultad de filología de Santiago de Compostela, y después fue contratado por Middlebury College, una Universidad del estado de Vermont (EEUU).

"Es un centro muy reconocido, de modo que sus cursos intensivos (como en el que impartió clase Villanueva) son tan valorado como un semestre. Cuentan con profesorado de multitud de países de América Latina, además de españoles", declara el estudioso gallego.

Viajó acompañado de su mujer, su hijo de 2 años y medio, su hija de 9 y su sobrina de 12. El ya había estado en EEUU en 1982. Su experiencia había sido muy positiva, porque en aquel momento los servicios de biblioteca que tenían los norteamericanos eran muy superiores a los españoles. El filólogo había aprovechado para conseguir gran cantidad de información y contactos.

En cuanto al viaje de 1987, en compañía de su familia,"fue toda una aventura. Al llegar a Nueva York, pedimos un taxi y llevábamos tanto equipaje que su conductor nos preguntó si nos quedábamos a vivir", resalta Villanueva.

Necesitaron otro avión para llegar a Vermont, en la frontera con Canadá, donde siempre cae un chaparrón cuando termina el día. Les adjudicaron un chalé y tuvieron la suerte de que al lado viviese José G. Moreno de Alba, futuro director de la Academia Mexicana de la Lengua de 2003 a 2011. También coincidió con Fernando Savater. La universidad estaba ubicada en un pequeño pueblo, como dicta la tradición norteamericana. "Allí se piensa que es mejor apartar a los estudiantes de la gran ciudad, donde podrían surgir distracciones o peligros. Hay que entender que la universidad de Salamanca va a cumplir 800 años, mientras que Harvard, la institución de enseñanza superior más antigua de los Estados Unidos, fue fundada en 1636, hace 380", expone el académico.

"Era un ambiente interesante, con multitud de profesores de procedencias variadas, y alumnos motivados que tenían terminantemente prohibido hablar inglés", declara Villanueva.

Cuando terminó las 3 semanas de trabajo, él y sus familiares se recorrieron toda Nueva Inglaterra: Connecticut, Rhode Island (visitaronProvidence, su capital), Nueva York? Su hijo afirma que los primeros recuerdos que posee son de la ciudad de Nueva York. "Fue un verano atípico, con una parte de trabajo pero también otra dedicada al conocimiento de una hermosa zona del mundo", rememora. El gallego disfrutó mucho de Nueva York, aunque en agosto fue agobiante por las altas temperaturas, por lo que intentaban parar en hoteles con piscina.

En Boston se encontraron con Summer Greenfield, estudioso especialista en Valle Inclán. También pasearon en barco por el gigantesco lago Champlain, que comparten Canadá y EEUU, con playas en sus orillas y barbacoas para que la gente se haga sus propias comidas.

El ambiente en el Campus era magnífico, como manifiesta Villanueva: "Mi hija actuó en una zarzuela, cobrando desde entonces una gran afición al teatro".

Al terminar las sesiones, se organizaban representaciones de despedida en las que se realizaban incluso parodias a profesores y un concurso en el que los maestros se enfrentaban por el premio a 'las piernas más contorneadas'. Salían al escenario en bañador y con una bolsa en la cabeza, de forma que no les reconociesen. El premio se lo llevó el profesor mexicano Jacobo Sefamí, y Villanueva tuvo que conformarse con el segundo lugar.

El director de la RAE ya había estado en EEUU, así que no supuso un gran choque para él. El campus, además, estaba impregnado de la cultura hispánica.

También hubo tiempo para las anécdtotas. Les surgieron problemas en la frontera de Montreal (Canadá), debido a los apellidos de su sobrina, diferentes a los suyos. Los agentes de aduana desconfiaban de ellos, al no ser hija suya. No habían tomado la precaución de que sus padres certificaran que se la habían encomendado. Y cuando ya se marchaban de Middlebery su hijo arrancó el coche, que era automático, éste fue marcha atrás y lo frenó el choque contra el utilitario de una alumna de Villanueva.

El toque de misterio: un profesor de arqueología trajo una pequeña momia proveniente de Egipto, y el clima de Middlebury la degradó a una velocidad mucho mayor, así que había una tumba enterrada en el cementerio de la villa.

Un gran impulso para la RAE

El filólogo gallego, durante los tres años que lleva al cargo, ha mostrado actitud de unión respecto a los hablantes de la lengua cervantina a ambos lados del Atlántico, y también el deseo de acercar su labor al público (la cuenta en Twitter de la RAE cuenta ya con 1,06 millones de seguidores).

Villanueva defiende a ultranza a lo largo del mundo la lengua de El Quijote, el cual considera el mejor libro que se ha escrito nunca; y asume la difícil tarea de recoger y unificar el habla tan diversa de 500 millones de hispanohablantes.

Todo en una época de crisis editorial y de lectura (casi la mitad de los españoles afirman no leer libros), en medio de la era Trump (que eliminó la página web en español de la Casa Blanca), y frente al novedoso paradigma que constituye Internet. Al mando de la institución tricentenaria ha tenido que lidiar con decisiones difíciles como la aceptación o no de 'iros' como imperativo del verbo ir. Ya apenas se utiliza 'idos', ni siquiera entre escritores, pero aún así hubo quién criticó la resolución de que a partir de ahora ambas sean válidas, pues el diccionario 'no juzga', sino que se encarga de recoger las formas en los que se comunican los hablantes.