Toño López es el vocalista principal de la banda viguesa The Soul Jacket, con tres discos en su haber, el último sin título, todos plenos de rock and roll. Hace ya 13 años del verano de su vida, por aquel entonces sumaba 22.

"Tenía a las vacaciones de 2004 como unas especialmente activas y divertidas, pero cuando me puse en contacto con mi amigo Xián para que me enviara unas fotos y me pasó todas las que tenía de aquel año, caí en la cuenta de que había sido más fructífero aún de lo que era capaz de recordar", reconoce el músico.

Aquel verano cayó en sus manos el Fiat Punto de su hermana, así que no le vieron demasiado el pelo por casa. "Hasta ese momento me buscaba la vida, y el coche me dio independencia, le sacamos partido. Era una máquina, nunca nos dejó tirados. Lo cargábamos a tope y a tirar millas", declara, y resume: "los fines de semana organizábamos actividades y viajes, y por la semana pasábamos el día en la playa, tranquilos. Los días eran largos".

Él y su grupo de amigos comenzaron con San Juan y unos días más tarde se fueron a Santiagopara disfrutar el directo de los Red Hot Chilli Peppers, ya en Julio no faltaron a su cita con el Cultura Quente. Ese año fue Jubileo y con tal motivo se celebraron en el Monte do Gozo los "Concertos do Milenio": The Darkness, Muse, Iggy Pop,Lou Red, Chemical Brothers... "Fue un pedazo de festival, allí pude ver dos de los que para mi han sido los mejores conciertos de mi vida, de Massive Attack yThe Cure", declara el músico.

Fueron los primeros en poner la tienda de campaña, el día anterior, pero Toño tuvo que irse antes de tocar Bob Dylan. "The Cure no era una banda que yo tuviera de cabecera, pero hicieron un concierto alucinante, a nivel de atmósfera. Massive Atack fue espectacular, uno de los cantantes tenía la pierna rota y aún así salió. El sonido era impecable. Iggy Pop triunfó con su show habitual, subiéndose a los amplificadores, tirándose al público? Rock and roll. Lo más decepcionante fueron Muse y Lou Reed, de quien se decía en el momento que le habían pagado más en un festival de Barcelona, y por ello tocaba desganado", recuerda Toño López.

"Como en todo buen verano que se precie, hubo mucha playa, en este caso A Fontaiña o 'La de Las Barcas', íbamos todos los días y nos quedábamos hasta que se hacía de noche, incluso alguna vez hicimos una pequeña hoguera y extendíamos así el día hasta la madrugada", rememora.

"Hacía tiempo que quería ir a la romería vikinga de Catoira, así que comenzamos agosto con cuernos,"relata.Nunca habían estado y les encantó. Disfrazados de vikingos, se encontraron con que solo iba vestida así la gente que interpretaba el desembarco. Al principio estaban cortados, pero luego se fueron metiendo por medio. "Nos molaba disfrutar desde dentro, así que terminamos bebiendo de los barriles con los vikingos y la gente de la zona".

Una semana después se fueron a Santa Cristina en A Coruña porque celebraban la 'Festa dos mundos'. "Allí tocaron Budiño, Orishas y Carliños Brown que lo estaba petando con el Te Te Te ('Samba da bahía', se llama la canción)".

La semana siguiente, se fueron de acampada a las pozas de Mougas, formándose buenos recuerdos de hoguera y muchas risas. Uno de esos días se escaparon a las Festas do monte, en A Guarda. Tenían amigos por la zona y habían escuchado hablar de ella.Como estaban acampando en Mougás, aprovecharon."Sobre todo por curiosidad, nos apuntábamos a bombardeo", reconoce.

Cerraron agosto en la "Festa da Istoria" de Ribadavia, a la cual el vocalista llegó a acudir ocho años seguidos, primero con su familia y después con amigos. Como les gusta la percusión, llevaban djembes y tocaban por la calle.

"Para mí éste fue un verano sobre todo de amistad, éramos una gran pandilla. Aunque no nos reuniéramos siempre todos, siempre había alguien dispuesto a irse por ahí, ya fuera a un festival, una romería o lo que hiciese falta, y claro que no nos perdíamos una, siempre éramos los primeros en llegar y los últimos en irnos, el tiempo pasaba despacio y lo saboreábamos poco a poco, este es también un recuerdo para ellos y la familia que formamos", declara.

"Seguimos quedando, aunque sea a otro nivel. Aún sentimos esa semilla que plantamos por aquella época. Somos diferentes, muy personales, y eso es lo que hace grande al grupo. Al final todo enriquece, y son gente con la que puedes contar 15 años después. Continuamos nuestra amistad, porque hemos pasado momentos de los que quedan para toda la vida, para contarles a los nietos. Eso es lo que te marca", afirma Toño López.

Llega The Soul Jacket

Ese año también sucedió uno de los acontecimientos que cambió lavida de Toño López: la formación de The Soul Jacket .En verano ya estaban ensayando juntos y saliendo de fiesta, para conocerse mejor. Habían logrado contactar gracias a un amigo en común. Toño no estaba en ninguna banda musical, ellos ya estaban ensayando y les faltaba un vocalista.

Comenzaron con versiones para pasarlo bien y ver "cómo respiraba la cosa". Quedaban una vez a la semana, en casa de Mauro, el batería. La intención era divertirse, y al mismo tiempo ir abriéndose un hueco en la escena. Todo muy difuso, teniendo en claro que amaban la música pero sin tener decidida la dirección a tomar. Encontraron "buena onda" y se lo pasaron bien desde el principio gracias a una conexión no solo musical, también personal. Fue todo sobre ruedas, al principio sin presiones y luego ya con temas propios que exigían mayor cantidad de tiempo y dedicación.La historia se fue haciendo más seria, y continúa.