Fernando González - más conocido por su famoso seudónimo, Gonzo- nació en Vigo el 29 de julio de 1976. Se crió en esta misma ciudad, a pesar de que como él mismo afirma, se podría decir que "tenía dos casas". El concello de Riotorto, en la Parroquia de Santa María Espasande de Abaixo siempre será el hogar familiar del intrépido periodista. En esta misma tierra, vivió sus años de adolescencia en compañía de sus familiares y amigos, disfrutando de las veladas estivales en las fiestas de San Bartolo, fechas "sagradas" para él."Me encantaban esos meses de verano. Yo siempre me sentí de Vigo, porque nací en Vigo, me crie y viví aquí, pero también me pasa lo mismo en Riotorto", explica Gonzo.

"Cuando era más pequeño montaba en el burro para ir a buscar hierba para las vacas y también las ordeñaba. Los recuerdos son entrañables en esa época" indica. El presentador pasaba gran parte de su infancia en su aldea, donde residía gran parte de su familia. "Era mi segunda casa. Toda mi familia es de allí, de hecho creo que soy el primero de mis primos que nació fuera. Mis cuatro abuelos son de allí, todos sus hermanos?" señala.

El popular reportero de "El Intermedio" recuerda con especial cariño aquellos "veranos adolescentes" en Riotorto, cuando un joven Gonzo de unos 12 años comenzaba a saborear sus primeras experiencias de "libertad" y a vivir las anécdotas propias de aquella edad. "Era en esa edad, cuando ya empiezas a tener tus 11-12 años y vas a la piscina sin tus padres. Acabas de cenar y como todavía no es de noche, te ibas al bosque, donde no había nadie y te fumabas tus primeros pitillos, las primeras novias, los primeros besos robados, las primeras conversaciones entre chicos sobre el resto de chicas..." indica Gonzo, quien añade que a este tipo de anécdotas les reserva "un cariño especial. Todos estos fueron mis veranos en Riotorto."

El reportero hace mención a los grandes protagonistas de estas experiencias, su grupo de amigos. "Tengo una fotografía en la que salen la mayor parte de mis amigos de Riotorto en las fiestas de San Bartolo. Era el verano del 88 y yo tenía 12 años", explica.

Gonzo resalta lo bien que se lo pasaban él y su pandilla de amigos en aquellos veranos. "En la foto, por ejemplo, hay gente de Madrid, de Barcelona, de Luxemburgo, de Suiza, de Francia? yo flipaba. Porque mis amigos de verano eran de cualquier sitio. Montamos una pandilla en la que todos, más o menos éramos de la misma quinta, porque nuestros padres eran de la misma quinta también", indica.

Tal y como él explica, eran una verdadera pandilla, hasta casi una "comuna". "En el fondo, éramos todos amigos, nuestros padres eran amigos, nuestros abuelos eran vecinos de aldea y todos se llevaban bien. Yo comía en casa de unos, luego días después ellos venían a mi casa? era una vida muy de comuna por nuestra parte. En la aldea, teníamos animales, bosques, casas abandonadas, una piscina, un río?", apunta.

El periodista indica que a día de hoy continúa manteniendo el contacto con la mayor parte de sus amigos de la fotografía. "Con todos mis amigos que están en la foto sigo manteniendo contacto a día de hoy. En la fotografía hay dos hermanas gemelas que son de Luxemburgo. Aún las vi el verano pasado y estuve con ellas. Hay otros dos hermanos que son de Madrid que los veo siempre por allí", explica Gonzo.

Pese a que a algunos de ellos no los ve desde hace tiempo, el presentador mantiene el contacto a través de los familiares. "Tenemos contacto, porque aunque igual no coincidimos, veo a sus padres y les pregunto por ellos", señala.

Los veranos en Riotorto, y en concreto uno de los más especiales, el del 88, transcurrieron en lo que él mismo admitió que eran "cosas típicas de la edad", de adolescentes, como las primeras fiestas con tu grupo de amigos, o mejor dicho, las primeras salidas que dejaban de estar bajo la atenta mirada de tus padres. "Imagínate, fueron mis primeras noches en las que empecé a salir de casa e ir a fiestas sin que mis padres estuvieran encima (se ríe)".

La situación resultó ser peculiar, pues en este caso, las fiestas no quedaban precisamente cerca de la aldea. "Las fiestas de San Bartolo estaban a 1 km de mi casa e íbamos andando unas 20 personas o así por el bosque. Esperábamos que se fueran los mayores a las 4 de la mañana, cuando acababa la orquesta, porque las siguientes eran ya las nuestras. Fueron los primeros momentos en sentir libertad en cuanto a independencia de tener que ir y venir a donde te llevasen tus padres", apunta.

Además de pasar allí los meses de verano, el reportero acudía a visitar a su familia en todas las ocasiones que le resultaban posibles. "En el mes de agosto vivimos muchísimas aventuras, pero luego en el resto del año, pasaba allí prácticamente dos fines de semana al mes, las Navidades, la Semana Santa..." señala, antes de añadir que Riotorto siempre fue "como tener otra casa".

"Gracias a mis abuelos, que los escuchaba hablar en gallego, empecé a hablarlo yo mismo ya que era la forma en que me comunicaba con ellos. Puedo decir que conozco la vida del rural, ordeñé vacas a los tres años y asistí a matanzas de cerdos. Esta parte, junto con todos estos recuerdos de la aldea forman una parte importantísima en mi vida", explica.

Sus veranos comenzaron a cambiar cuando entró en la universidad. "Creo que pasé todos los meses de agosto en Riotorto hasta que tuve 21 años, ya que tenía que hacer prácticas en verano", indica. Aún así, Gonzo afirma que Riotorto continúa siendo su casa a día de hoy y que existen unas fechas que son intocables. "Para mí siempre habrá una fecha que es sagrada y son las fiestas de San Bartolo. Aunque vaya solo dos días, en este caso. Pero es cuando puedo volver a ver a toda esta gente y es la comida familiar en casa de mi madre. Yo eso no lo cambio por nada del mundo", concluye Gonzo.