El campo de trabajo "Kimbondo 1.0" tendrá continuidad más allá de las tres semanas de agosto. El vigués Rafael Martín, licenciado en Historia y en Magisterio, se quedará todo el año en Kinshasa como director técnico de la escuela de fútbol y de rugby. Aunque con una amplia experiencia como coordinador de actividades juveniles, esta será la primera vez que realizará un voluntariado fuera de Galicia. Reconoce que a medida que se acerca el viernes, el nerviosismo crece. Con él llevará lo imprescindible. "Ropa larga y clara, mosquiteras y mis medicinas para mis alergias a los ácaros y al polen, y poco más", comenta.

"Siempre he dedicado mi tiempo libre a los niños, de forma desinteserada, porque es algo que me gusta, pero desde hace un par de años empecé a darle vueltas a la idea de hacer lo mismo pero en otro sitio donde fuera más necesario", explica.

Ni la distancia, ni el cambio radical de clima ni las duras condiciones de vida le asustan. Lo que más miedo le da, confiesa, es no ser capaz de ayudar a estos niños. "Si veo que no me necesitan, entonces volveré", dice.

Pero mientras su trabajo al frente de la escuela de de fútbol y de rugby sirva para que estos niños tengan una infancia más feliz, él se quedará allí. Como mínimo, un año, aunque no descarta quedarse más tiempo. "Hay mucha gente quequiere ayudar, pero muchas veces no sabe cómo", dice. Rafael encontró la forma y ahora prepara sus maletas.