Durante el fin de semana de la Festa do Albariño, Cambados se convierte en un auténtico hervidero de gente, y el Paseo da Calzada particularmente. Pero lo que ocurrió ayer "fue impresionante, espectacular, el pueblo está a reventar". La afluencia masiva de personas fue de tal calibre que a media tarde ya era imposible entrar en coche en Cambados. Todos los accesos estaban completamente colapsados con largas caravanas de vehículos que pretendían llegar a la villa del Abariño.

La Vía Rápida de O Salnés fue el vial con mayores retenciones; tanto en un sentido de la circulación como en otro. Ejemplo del colapso es que los vehículos ya estaban parados en Corvillón, pues la rotonda de Vilariño se encontraba totalmente atascada.

Otro termómetro para medir la masiva asistencia a esta 65ª edición de la Festa do Albariño lo constituyen los catavinos que se dispensan en las casetas del Paseo da Calzada. Aunque se prepararon más que el año pasado, las 35.000 copas (en 2016 se repartieron sobre 30.000) no fueron suficientes para apagar la sed de las miles de personas que disfrutaron en Cambados de uno de los eventos más multitudinarios de la comarca.

El portavoz del gobierno cambadés, Xurxo Charlín, precisa que a las diez de la mañana del viernes se habían vendido 23.000 catavinos y a las tres de la tarde de ayer ya solo había 7.000 disponibles, pese a que todavía quedaba toda la tarde y la noche del sábado y todo el día del domingo por delante, es decir, las jornadas más fuertes.

Tal y como hacían pronosticar estas cifras, a las ocho de la tarde se agotaron los 35.000 catavinos. Y ello a pesar que a las dos de la madrugada del sábado se dejaron de distribuir copas ante la previsión de que no llegarían para toda la fiesta. Pero ni así fue suficiente.

Aunque en esta edición la asistencia fue mayor y consecuentemente los problemas de tráfico también, sorprendentemente no ocurrió lo mismo con las incidencias. Los datos recabados en el centro de salud por Charlín revelan que durante la noche del viernes fueron atendidas un total de 31 personas, entre intoxicaciones etílicas, cortes, golpes, etc. De ellas solo una tuvo que ser derivada al Hospital do Salnés. Durante estos días de fiesta están trabajando en el PAC de Cambados tres médicos.

Hermanamiento

Por otra parte, el Albariño estrecha lazos con vinos murcianos y portugueses. El emblemático Pazo de Fefiñáns acogió ayer a mediodía el hermanamiento del Capítulo Serenísimo con las cofradías de Arinto de Bucelas (Portugal) y Monastrell de Jumilla (Murcia) en aras de estrechar lazos y promocionar sus respectivos caldos.

Como suele ser habitual, el hermanamiento se materializó vaciando una botella de cada vino en un decantador. Después la mezcla se repartió entre ambas botellas, una para cada cofradía. Este proceso se siguió con Arinto de Bucelas y con Monastrell de Jumilla.

El acto tuvo lugar en el Pazo de Fefiñáns y contó con la presencia de la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, del delegado de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, el concejal y diputado provincial del PP, Luis Aragunde, así como otros miembros del Capítulo Serenísimo, como el secretario, Pedro Piñeiro, y el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas, Juan Gil de Araújo.