Aurora González (Pontenova, Lugo, 1970) se ha convertido en el último bienio en, quizás, la voz más firme en el Estadoen la defensa de la gestación subrogada -cuando una mujer gesta al hijo de otra u otras personas- como portavoz secretaria de la Asociación por la Gestación Subrogada en España. Militante del PSOE y, de momento, secretaria general de esta agrupación en Ribadeo (Lugo), mira al otro lado de la frontera, Portugal, con cierta ilusión. Esta misma semana entraba en vigor, en el país vecino, una normativa.
-¿Qué supone que Portugal regule la gestación subrogada, limitada a situaciones excepcionales y previa autorización de un Consejo Nacional que estudie caso por caso?
-La regulación de esta técnica de reproducción asistida en Portugal viene a darnos la razón ante las personas que se creían superiores moralmente y calificaban esta forma de tener hijos de delito de gravedad, señalando que suponía una compraventa de menores y explotación de mujeres. Eso se pone en cuestión. Portugal es un estado democrático de derecho, como España. El partido socialista, el equivalente luso a Podemos y el Consejo Nacional de Fecundación Asistida hicieron posible la aprobación de esta regulación. Nos da esperanzas y confirma que no defendemos nada que no sea éticamente aceptable.
- Al igual que en Portugal, ¿solicitan la gestación subrogada en casos extraordinarios ?
-Nosotros estamos a favor de la gestación subrogada altruista pero con compensación de gastos, molestias y dolores. No hablamos de maternidad subrogada que tiene muchas facetas además del embarazo y el parto como alimentación, cuidado, responsabilidad... Al igual que la concepción se desvinculó de la maternidad hace más de 30 años con técnicas de reproducción asistida y gametos donados, la gestación y el parto también se pueden desvincular de este sentido. Nosotros defendemos la gestación subrogada para aquellas personas que no pueden gestar por sí mismas: parejas homosexuales, parejas heterosexuales con problemas que impiden llevar adelante la gestación con éxito (patología, ausencia de útero...) u hombres que no tienen pareja y no quieren renunciar a la paternidad. No la defendemos cuando una mujer no quiere pasar por un embarazo por motivos laborales, estéticos o no tener tiempo.
- ¿Cree que la entrada en vigor de la ley en el país vecino permitirá, como están asegurando algunas voces, que extranjeros puedan beneficiarse de la nueva situación?
-Por lo que sé, creo que no establece límites para la gente extranjera, pero no puedo asegurarlo con total seguridad porque no conozco al 100% la norma. En algunas informaciones, se da a entender que hay esa posibilidad para parejas heterosexuales.
- Hay voces que lo tildan de atentar contra los derechos fundamentales de las mujeres.
-Evidentemente, es un asunto controvertido que necesita de mucho debate y precaución. No se puede coartar la libertad de las mujeres. Hay que impedir la explotación, por supuesto. Se necesita un debate sereno que no se está produciendo. La parte contraria está totalmente cerrada a hablar del tema. En países como Holanda, Bélgica, Reino Unido, varios estados de Estados Unidos... se está regulando respetando los derechos de la mujer. Hay maneras para evitar la explotación.
- C uesta entender que una mujer acepte gestar para otros.
-Tendrían que ser mujeres que hayan tenido sus propios embarazos y partos y que los llevaran sin complicaciones para saber a qué se están exponiendo y para que el equipo médico sepa cómo responde el cuerpo de esa mujer. En muchos casos, serán familiares cercanas pero también hay mujeres que empatizan con los problemas de otras y que aceptarían la gestación subrogada. Hay mujeres así porque yo sería una de ellas.
- ¿No cree doloroso entregar al hijo que se acaba de alumbrar?
-No se puede pensar desde un punto de vista personal. Yo pienso que gestar así pero no puedo trasladarlo a todas las mujeres españolas. Sé que hay mujeres que nunca lo harían. A esas mujeres, no se les debe proponer ni se las debe obligar.
- ¿Les queda un camino largo?
-Esto va a llegar. La sociedad está muy abierta a la gestación subrogada pero los políticos no están respondiendo al sentir social, incluidos, curiosamente, los partidos de izquierdas. La regulación en Portugal debería hacer replantear su opinión y bajar la intensidad de las manifestaciones violentas e insultantes que hicieron hace unas semanas, por ejemplo, en el Parlamento gallego Ana Pontón (BNG) y la representante de Marea. No podemos insultar a familias que van a otros países donde la gestación subrogada es legal.
- El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, es una de las voces con el "no" más rotundo y en el congreso de junio se rechazó con 175 votos y 31 a favor de la gestación subrogada.
-Dentro del PSOE y Podemos hay un sector feminista en contra que condiciona al resto de las ejecutivas. Yo soy militante del PSOE, secretaria general de la agrupación de Ribadeo. Somos muchísimos los socialistas que pedimos un debate sincero sin inventar historias. Es un grave error el que comete el PSOE: se vetó el debate de una forma antidemocrática. Se dijo que el tema estaba zanjado y que no se podía hablar sobre él.
- ¿Se sabe cuántas familias en España o Galicia han tenido sus hijos por gestación subrogada?
- Es imposible conocer esos números porque no hay ningún registro. Muchas veces, prefieren mantener el anonimato porque, con esta violencia en redes, en Twitter sobre todo; ahí hay una carnicería. Los detractores detectan a una persona que defiende las gestación subrogada y la atacan incluso con amenazas de muerte y manifestaciones fuera de lugar. La gente no quiere poner a sus hijos en el punto de mira. Hablamos de familias con menores que pueden correr el riesgo de bullying, amenazas e insultos. Los niños no son responsables de cómo han llegado a este mundo.
