Nunca nadie lo tomó al asalto, ni árabe ni cristiano, hasta que la "mano de la Reina", Jaime Lannister, acompañado de un traidor, ha hecho historia y ha tomado por asalto (ficticio) los muros del Castillo de Almodóvar del Río, localización cordobesa estrella del capítulo de ayer de la serie "Juego de Tronos".

Mucho se había especulado sobre en qué iban a convertir los creadores de "Juego de Tronos" el Castillo de Almodóvar, y ayer por fin se acabaron las especulaciones: quienes pensaron que iba a ser la Roca Casterly, hogar de los poderosos Lannister, se dieron con un canto -de espada- en los dientes.

Esta fortaleza, convenientemente retocada digitalmente, ha sido finalmente Altojardín, hogar de la dinastía Tyrell, que en la serie no tiene precisamente simpatía hacia el linaje de los Lannister.

"El Castillo de Almodóvar nunca fue asaltado, nunca fue conquistado, salvo ahora en la serie", bromea la subdirectora de la fortaleza, María Teresa Moreno, mientras mira el horizonte desde un balcón donde se rodó una secuencia determinante. Moreno, que se confiesa fan de la serie reconoce que ella y su equipo están deseando verlo en pantalla, con la duda de si finalmente se iba a apreciar que era el Castillo de Almodóvar.