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El espíritu de Da Vinci revive en jóvenes científicos gallegos

Frenar la cirrosis hepática; crear nanomedicamentos más efectivos y mejorar la traducción, retos de tres 'Leonardos del siglo XXI'

Marcos García. // Fundación BBVA

Leonardo da Vinci fue un genio científico antes de que la palabra científico existiese en el vocabulario. Sus arrugas en el retrato que guarda la Biblioteca Real de Turín y que elaboró a la edad de 60 años son vías que patentan el saber que este hombre del Renacimiento plasmó en sus cuadernos con investigaciones en anatomía, matemáticas, óptica o arte, entre otras especialidades. Él fue quien presentó la primera "radiografía" del tórax humano, un dibujo extenuadamente preciso de órganos y músculos de 1507.

En su honor, la Fundación BBVA adjudica unas notables becas que cada años reciben cientos y cientos de solicitudes desde todos los puntos cardinales del Estado. En esta edición, jóvenes científicos españoles (menores de 39 años) enviaron unas 2.100, con un crecimiento interanual del 18,5%.

Finalmente, 50 fueron los beneficiarios, de los que tres son gallegos de nacimiento o científicos procedentes de otras comunidades que realizan su labor en Galicia.

Se trata de la coruñesa Marta Varela Rey que realiza su trabajo en el País Vasco donde tratará durante los próximos 18 meses en poner límite a la cirrosis hepática; del sevillano ahora afincado en Galicia Pablo del Pino que perfecciona las nanocápsulas que se inyectan en el torrente sanguíneo para tratar la isquemia cerebral, con el fin de crearles un disfraz para que el sistema inmune del cuerpo humano no las rechace y las deje liberar la medicina en el cerebro; y el grovense Marcos García que pondrá todos sus esfuerzos en encontrar las claves para traducir de inmediato millares de pares de palabras del español, portugués e inglés que pueden llevar a equívocos.

El fin es que integren una red de excelencia con una aportación económica de la Fundación BBVA que les permitirá adquirir material, entre otros elementos, para llevar a cabo sus investigaciones.

Un trabajo para poner coto a la cirrosis y reconocer nuevas dianas terapéuticas

  • La gallega Marta Varela Rey (A Coruña, 1973) es una de las científica a las que se le ha concedido una de las Becas Leonardo de BBVA. Esta joven investigadora contratada por el Ciberehd realiza su proyecto en el País Vasco, concretamente, en el Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias CIC bioGUNE de Bilbao. Desde allí, dedicará los próximos 18 meses a identificar los factores responsables en el desarrollo de la cirrosis hepática y una posterior deriva en cáncer de hígado."La idea -explica Varela- es identificar los factores críticos que juegan un papel importante en la regulación del ADN durante el desarrollo de la cirrosis hepática. Se puede hacer de forma masiva ahora mediante nuevas técnicas. La idea es aplicar estas nuevas técnicas en modelos animales de cirrosis. Necesitamos identificar nuevos predictores en la progresión de la fibrosis hepática y reconocer nuevas dianas terapéuticas para revertir el desarrollo de la mismas ya que en la actualidad, son pocas las terapias disponibles para frenar el empeoramiento de la función hepática tras el desarrollo de una cirrosis". En dicha investigación, el estudio del ADN y los genes juega un papel determinante. "Hay factores que se unen al ADN y regulan la expresión de los genes. Este proyecto lo hemos basado en que la expresión de los genes será distinta entre un hígado sano o un órgano con enfermedad hepática, con cirrosis o cáncer. Esa expresión de los genes va controlada por unos factores que se unen al ADN. Lo que queremos ver es esos factores y si silenciándolos o eliminándolos podemos paralizar la progresión de la enfermedad", añade.Concretamente, la técnica de la que echa mano es la secuenciación del ADN y el uso de los mapas epigenómicos, una herramienta cara y novedosa que se sitúa como un faro de esperanza para los investigadores. De ahí, que el dinero de la beca BBVA sea tan importante ya que permite hacer frente al desembolso de la tecnología.

Un disfraz para nanomedicinas que sean efectivas en la isquemia cerebral

  • "Más del 99,5 % de las nanomedicinas -medicamentos de reducidísimas dimensiones, basadas en nanomateriales- que inyectamos en el torrente sanguíneo del cuerpo acaban en el hígado o bazo porque son reconocidos por el sistema inmune y enseguida son secuestrados. Es uno de los grandes problemas en nanomateriales para medicina. Muchas veces, la imagen que nos formamos de un pequeño robot que lleva el medicamento a donde queremos no es tal", lamenta el investigador Pablo del Pino (Sevilla, 1977), que dispone de un contrato Ramón y Cajal en el CIQUS de Compostela, Centro Singular de Investigación en Química Biolóxica e Materiais Moleculares.Este andaluz radicado en Galicia actualmente desarrolla nanomateriales para su aplicación en biología y medicina. Desde esta semana es, además, un nuevo Leonardo del siglo XXI con la beca de BBVA. Con ella, intentará construir materiales inteligentes bioniméticos que se puedan inyectar y que no sean secuestrados por el sistema inmunológico. El objetivo de los mismos será tratar la isquemia cerebral, una interrupción parcial del suministro de sangre en el cerebro. "Queremos que estas nanocápsulas se acumulen en la zona de daño cerebral donde se liberarán para soltar los fármacos que emplean los médicos para recuperar las zonas dañadas", aclara. Pero, ¿qué tendrá de especial esta nanomedicina? Un disfraz. "Será -explica el científico- como si se tratara de una matrioska, muñeca rusa, con diferentes capas. Utilizo polímeros para hacer la cápsula; esos polímeros van entrelazados a unas nanopartículas que proporcionan contraste para visualizarlas con técnicas de bioimagen. Dentro de las nanocápsulas, van encapsulados los fármacos. Finalmente, llevan una capa externa que sería como un disfraz y que, previamente, debo extraer de células. Así, cuando estas nanomedicinas se inyecten en un ser vivo el sistema inmune no las reconocerá (como ajenas al cuerpo) y podrán llegar al sitio que queremos".Una vez se compruebe el material se procederá a probarlo en el Hospital Clínico de Santiago.

Una investigación para mejorar la traducción de español, inglés y portugués

  • Marcos García González (OGrove, 1982), es investigador postdoctoral en la Universidade de A Coruña y doctor en Lingüística por la Universidade de Santiago. Trabaja en la línea del procesamiento del lenguaje natural y su proyecto premiado por la Fundación BBVA consiste en encontrar claves para una mejor traducción del español al inglés y portugués."La investigación -señala- consiste en identificar equivalentes en varias lenguas de colocaciones". Estas últimas son "un tipo concreto de estructuras lingüísticas, relativamente difíciles de traducir. El objetivo es encontrar automáticamente millares de equivalentes de traducción en español, inglés y portugués-gallego", apunta.Un ejemplo de esas ´colocaciones´ es red wine en inglés. "Si lo quieres traducir, tienes que saber que es vino tinto. Pero red martini, en castellano, es vermú rojo, aunque en gallego no sabría si traducirlo como tinto, roxo...Este es un ejemplo fácil pero hay millares que son difíciles. Otro caso es ´dar un paseo´. La traducción de dar en inglés es give pero no puedes decir ´to give a walk´. Lo normal sería to go for a walk o to take a walk. García González detalla que procura "conseguir extraer millares de estas estructuras, aplicadas tanto a sistemas de traducción automática como o en la enseñanza de idiomas"."Con las lenguas maternas, no hay problemas porque escuchas desde pequeño las expresiones y las aprendes, pero en cuestiones multilingües, a veces no se puede predecir la traducción", apunta.En su caso, trabaja en un área híbrida de lingüistas e informáticos. "En nuestro grupo en la Universidade de A Coruña, somos una decena de personas: la mitad del departamento de Letras y la otra mitad del de computación", detalla este investigador.

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